-Historias Dark Hunter- Capítulo 10 Por DangerMel
martes, junio 07, 2011Dangermel se hallaba preparando las maletas. El viaje a nueva orleans había llegado. Un nuevo cambio de aires le vendría bien, aunque hecharía de menos su amada Barcelona y sus lugares de fiesta. El avión salía a las 8 de la tarde, el problema sería el llegar al sitio sin ser churruscada, por lo que algo tarde llegaría.
Tenía un pequeño Jet privado en el aeropuerto del prat, y allí también estaría Kaede, su compañera Barcelonina. Ambas irian juntas en el viaje, lo malo es que si atacaban los Daimons había un grave problema con su fuerza Dark Hunter, ya que si estaban mucha rato juntas (y ese iba a ser el caso porque el viajes duraba unas 10 horas) se drenarían sus poderes hasta ser casi unos simple humanos, solo que con la habilidad de la lucha muy bien desarrollada.
Recogió sus pertenencias y las dejó en la puerta de su enorme mansión, esperando que llegara ala hora de partir y se fue al ordenador para navegar un rato por el foro.
*Nuevo mensaje privado*- Citaba la pantalla.
Lo abrió y era Zarek. No pudo evitar que una sonrisa socarrona se pusiera en su cara, ya que Zarek para ella era su ídolo, a parte de que esa arrogancia y esa mala leche que lo impregnaban, la ponía como una moto a 1000 por hora.
*¡Hey Danger!
Me he enterado que venis todas las de España para nueva Orleans y haace mucho tiempo que tu y yo no nos vemos y me gustaria reencontrarnos. No pienses mal eh, solo como amigos ya lo sabes.*
-Si ya!- pensó Danger
*Aquí la cosa esta ahora muy chunga tía, y necesitamos a guerreros para cubrir la Zona y se que tu eres una experta en matar Daimons, corren rumores de tu manera de matarlos, bueno más bien castrarlos y ¿qué quieres que te diga?. ¡MolaS!. Pero a mí no me hagas eso porque te rajo*
-MMM...a tí te haría otra cosa ahí abajo bribón...--murmuró hablando con la pantalla del ordenador.
*Pero bueno, eso que quiero verte preciosa, que han sido muchos siglos separados y ya es hora de reencontrarnos ¿no crees? Podríamos volver a saltarnos las absurdas normas de lo Dark, como en los viejos tiempos.
Bueno te dejo que se me acaba de aparecer Ash por las espaldas y a ver si me va a pillar. Saludos preciosa!*
Cuando terminó de leer le dio a responder. Ella también querái decirle algunas cosas.
*Zarek tío estás fatal. aunqe bueno la verdad yo también te he echado de menos y también a tus atributos, por que negarlo. Los humanos no sirven ni para escupir y necesito a un buen hombretón ya.
Si lo sé, estoy cachonda perdida, pero ¿que quieres? Aquí casi no hay diversión ni Dark Hunters Masculinos, necesito a uno bueno ya, y contigo ya se como eres. Una fieraaa!! Acarrrrrr!! ja ja ja. Como ves sigo igual de zorruna que siempre, pero eso a ti te pone ¿ehhhh?
Y tranquilo, Ash no se enterará y si se entera, yo lo chantajeo, que creo que tengo una buena cosa para hacerlo.
un beso enorme*
Lo envió y se preparo para salir. Ya era la hora.
Fue hacia el aeropuerto a toda prisa, ya que eran más de las ocho, pero estaba segura de que Kaede también llegaría tarde si no quería acabar chamuscada.
-Danger amiga!!- gritó nada más verla.
-Kaede!!!
Ambas se abrazaron fuertemente. Hacía mucho que no se veían y eso que vivían cerca, pero era lo que tenía el ser un Dark, que la soledad era lo que más había en sus vidas.
Cuando iban a subir al avión, ambas se miraron.
Las dos lo habían sentido. Detrás suyo había dos Daimons.
-Bueno Kaede, yo estoy preparada para una buena castración- gruñó. Aunque ya comenzaba a notar como sus poderes menguaban.
si salían heridas de aquella pelea, las tendrían hasta que descansaran, y estando ambas juntas, sin sus poderes, sería mas lenta la curación.
Danger luchó como alma que lleva el diablo. Agarrando a aquel fuerte daimon de sus partes nobles, ella con sus poderes o sin ellos, seguiría su patrón para matarlos.
El daimon sacó una pistola de su cazadora y disparó a bocajarro al estomago de Danger, haciendola retorcerse de dolor.
-Danger!!!- gritó Kaede.
La rabia inundó a la Dark hunter y agarró de los pelos al Daimon, estampandolo contra la pared más cercana que tenía, y le clavó el puñal en los huevos, haciendolo gritar de dolor, para después continuar clavandoselo en su marca Daimon, haciendo que se desintegrara.
-Ni siquiera he podido disfrutar de su muerte- gruñó.
-¿Estas bien?- preguntó Kaede. Ella también había terminado con su daimon y había tenido la suerte de no salir herida.
-Si, estoy bien- murmuró mientras apretaba fuertemente la herida sangrante.
subieron al avión y Otto, un escudero de los de nueva Orleans, arranco para llevarlas a su destino. Pero Dangermel no sabía como iba a llegar, ya que aquella maldita herida no paraba de sangrar...
7 comentarios