Dioses como dolía. Esto de estar encerrada en un avión junto a mi compañera Kaede, estaba debilitandome demasiado, tanto que mi herida hecha por aquel maldito Daimon, no se curaba ni dejaba de sangrar. Menos mal que ya estabamos llegando pero me sentía como si estubiera borracha del mareo que tenía encima.

-Mel ¿de verdad que te encuentras bien?- preguntó por enesima vez Kaede.
-Si tranquila, solo ha sido un rasguño -Un rasguño que dolía como los mil demonios, pero no me iba a mostrar debil delante de nadie. Hace siglos que se había terminado mi debilidad y por un simple balazo de un rubio hijo de ****, no me iba a dejar caer.

-Chicas ya aterrizamos- nos comunicó Otto por el micro del pequeño avión.

Cuando por fin el avión estaba quieto, nos asomamos al exterior, todavía era de día, por lo que justo al desembarcar había un pequeño camino que nos llevaba a una furgoneta blindada que nos llevaría hacia...no tenía ni idea de a donde íbamos, pero supongo que allí me encontraría con mis chicas y con los demás Dark hunter. Estaba deseosa de ello, aunque también deseosa de una buena cama para curarme, porque cada vez me sentía peor.

Eso de estar durante más de 10 sangrando sin parar no debía ser bueno. Además si le sumamos que el cuerpo tiene unos 8 litros de sangre, al paso que iba el mío perdiendo sangre, aunque también es cierto que se había pausado un poco, pero seguía saliendo, quería decir que a mi me podría quedar ¿cuanto? 2 litros? ¿uno? ¿medio?

No se como ni porqué, pero fue poner un pie en aquella casa, oir la voz de Lau y Artemisa saludandonos a Kaede y a mí, y desvanecerme en el suelo.

***

-Donde estoy?- dije bastante aturdida cuando recuperé la conciencia casi sin poder enfocar nada de lo que había a mi alrededor, solo notando que estaba en una mullida cama en la cual me podría tirar todo el día sin hacer nada.
-Curandote de tus heridas hermosura...-esa voz...
-¿Zarek?- mierda de vista.
-El mismo preciosa- dijo en tono risueño. Podía imaginarmelo sonriendo con esa actitud engreída, pero solo eso, en mi imaginación. Porque lo que era ver, no veía un carajo.
-Estoy ciega!!!!!!!- chillé como una posesa- Dioses, no puedo ver! ¿que me pasa?!
-Que pasa? que pasa?- oí el alboroto de las chicas entrando a la habitación donde quisiera que estubiese.
-ESTOY CIEGAAAAAAA!!! DIOSES TENGO UN BOMBÓN DELANTE Y SOY INCAPAZ DE VERLO!- ¿había dicho eso en voz alta?
-Cariño, ¿que tal si te quitas la toalla de los ojos?- murmuró Zarek aguantando una carcajada.

Me quité la toalla humeda que tenía en mis ojos y enfoqué a lo que tenía am i alrededor. Una horda de perras, dichas amigas mías, decojonandose en mi **** cara por lo jilipollas que había sido y a un buenorro sacado directamente del paraíso del sexo, a punto de rebajarse al nivel de mis amiguitas y descojonarse de mi en mi cara. DE mi!! ¿Que me estaba pasando? Yo no era tan imbécil, la bala de ese Daimon debió dejarme ajilipollada perdida, ¿o era la perdida de sangre?

No lo sé...

-Vale ya os habeis reido bastante chicos, se acabó el espectaculo...-dije bastante enojada.
-Vale perdón, perdón Mel, pero es que ha sido buenisimo tia- dijo Artemisa controlando su risa, o bueno, intentandolo- esto, ¿que tal estás?
-Perfectamente- mentí, ya que aun me dolía un poco el estomago, pero era soportable, cosas peores me habían hecho. Como que mi propio marido me matara por ser un maldito egoísta que quería el trono de mi padre.
-Pues entonces es hora de irnos, tenemos todos los Dark Hunters una reunión con Ash en el Santiario, los Peltier nos lo han despejado para nosotros.- dijo Lau.
-Genial, vamos a ello- sonreí, me apetecía visitar el santuario, alomejor el Tigard buenorro Wren estaba por ahí- ¿Zarek te vienes con migo?
-Por supuesto Danger- sonrió.
-Ya esta la Danger ligando con el buenorro...-murmuró Arte para después desaparecer con las chicas por la puerta, eso si, carcajeandose a su paso...