-Historias Dark Hunter- Capitulo 14 Por Fletcher

martes, junio 14, 2011

-Joder, no recordaba que tenía que venir antes, ¿vale? Qué pasa, ¿a tí nunca se te olvida nada o qué?-resopló Fletch molesta.
-Sí, bueno, pero me has dejado esperando tres horas en Barajas-resopló Tate desde la cabina del helicóptero. Ambos iban de camino a Nueva Orleas. Fletcher era una dark hunter destinada en Madrid desde hacía mucho, mucho tiempo. Si bien no tenía mucho contacto con otros cazadores de la península, porque odiaba los teléfonos móviles, la habían convocado mediante el foro Dark Hunter para ir a la turística ciudad a eliminar el exceso de daimons que por allí había.
Lástima que se hubiera olvidado del hecho de que venían a buscarla y hubiese tenido al pobre Tate esperando en el aeropuerto.
-Pero yo soy una guerrera inmortal y tengo muchas cosas en la cabeza, por eso se me ha olvidado.
-Si tuvieras móvil te habría llamado.
-Si tuviera móvil muchas otras cosas serían diferentes.
-¿Tienes que tener siempre la última palabra?-rió Tate.
-Es mi trabajo.
-La última vez que lo comprobé eras simplemnte una huntress.
-Sí, bueno, no has visto mi currículum entonces.
Después de horas de conversaciones estúpidas llegaron a Nueva Orleans. Fletch observó con curiosidad a su alrededor. Por suerte ya había anochecido. Aterrizaron en la azotea de El Santuario, donde solía dormir en Drakos.
-¿Y las demás?-preguntó, impaciente por ver de nuevo a sus compañeras cazadoras. Eran salvajemente divertidas y la pervertían lo suficiente como para olvidarse de esa incómoda sensación que la perseguía desde que le habían comunicado que debía personarse en Lousiana para combatir a los daimons.
No era que hablasen mucho, pero aún así apreciaba de veras a sus compañeras de caza. Si bien la mayoría vivían en las costas, donde era más fácil encontrarse con los vampiros chupa-almas, las veces que se habían cruzado le habían dejado con ganas de volver a verlas.
-Están abajo. Llegaron mucho antes-dijo con retintín Tate.
-Sigue con eso y no te volveran a ver el pelo.
-Ash te freirá como me mates.
-Puede, pero a lo mejor solo me deja en el exilio si te clavo un puñal en el pie o algo.
Tate dio un paso atrás y la observó mejor. Como todas las Huntress, era bella. Tenía el cabello rubio dorado y rizado hacia la mitad de la espalda, auqnue liso sería mucho más largo. Era alta y esbelta, con unas curvas de infarto. Sus largas piernas estaban cubiertas por unos pitillos vaqueros de color negro. Vestía una camisea de tirantes blanca, que dejaba a la vista los curiosos tatuajes que decoraban sus brazos y su espalda. Calzaba unas desgastadas converse que debieron ser marrones en algún punto de su vida.
-No hablaba en serio, Tate-aclaró ella.
-Eso espero. Ven te acompañaré con ellas.
-Un segundo-dijo la cazadora. Regresó en seguida, portando sus armas. Tate alzó una ceja-. Ni se te ocurra abrir la boca.
Una chico rubio y corpulento apareció por la puerta.
-Tate, Zarek está curando a DangerMel. Por lo visto le pegaron un tiro-dijo rápidamente. Fletcher le fulminó con la mirada.
-¿Qué?-gritó, iracunda-. ¿Quién ha sido?
-Relájate, está bien. Además, el causante ya está muerto-dijo suavemente Tate.
-Soy Dev-se presentó el were. tendiéndole la mano. Ella, aún con el ceño fruncido, se la estrechó.
-Quiero verlas inmediatamente-exigió la cazadora oscura.
-Sí, vamos... Por cierto, si Danger dice algo de que está ciega, ni caso. No distingue la ceguera de una toalla y Zarek hace lo posible por no reírse como un psicópata delante suya-comentó Dev como quien habla del tiempo.
Tate cruzó una mirada con ella.
-Es el jet lag. En media hora yo estaré igual-dijo Fletch intentado excusar a su compañera, aunque la verdad que lo que quería era reírse.
Sin más dilación, bajaron al encuentro de las Hunters de la Península.

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