-Historias Dark Hunter- Capitulo 47 Por melo3m
sábado, julio 23, 2011Melo acariciaba el cabello de Kyrian mientras Lau conducía por las calles de Nueva Orleans tratando de llegar cuanto antes y que Melo pudiese hacer algo por él. El coche se vio impulsado hacia adelante hasta frenar en seco, mientras Melo protegía el cuerpo de Kyrian con el suyo propio.
-Lau, ¿Qué pasa?-gritó Melo mirando a su amiga que se amarraba fuertemente al volante del coche
-Vienen a por nosotros. Los he visto
-¿Quiénes?-dijo Melo cogiendo su cabello en un improvisado moño mientras sus cabellos rebeldes se soltaban casi al instante
-Daimons- Lau se soltó el cinturón y salió del coche para aparecer en la puerta trasera y coger de los hombros a Melo- Por lo que mas quieras, no dejes que te hagan daño
-¿Me has visto herida?-Melo estaba aterrada y su cuerpo se esforzaba por mantener a Kyrian protegido entre sus brazos
-Créeme, no te gustaría saber como te he visto- Melo pensó en una décima de segundo de indagar en su mente pero inmediatamente después reculó
Melo miraba como Kyrian temblaba entre sus brazos. Observó el punzón en su pecho, desgarró su camiseta y analizó la herida. La sangre hacia rato había dejado de manar, el pincho había parado la hemorragia, pero tendría que sacarlo pronto de ahí para que su recuperación hiciese efecto. Lau cerró de un golpetazo la puerta del coche cuando vio un par de daimons acercarse hasta su posición.
-Melo, ¡llévalo a casa!-chilló desde fuera.
Lau tenía razón, debían apartarse de allí para que sus poderes no disminuyesen y así luchar con todas sus facultades. Siendo extremadamente cuidadosa con el cuerpo de Kyrian, se deslizó entre los asientos del coche hasta quedarse en el lugar del conductor y alejó el coche de la escena para quedarse en un callejón no muy lejano. Volvió nuevamente al asiento trasero para curar a Kyrian. Sabía que se enfadaría con ella, pero no podía verlo así y lo necesitaban para la batalla, más aun si terminaba herida como había visto Lau. Besó tiernamente sus labios
-Te vas a poner bien, Kyrian, ¿Me oyes?
Rasgó su camiseta y presionó la tela contra la herida. Lentamente sacó el punzón mientras Kyrian se revolvía por el dolor y la sangre salía de nuevo a borbotones. Melo luchaba contra el impulso de cerrar los ojos ante su sufrimiento, pero estaba en su mano que dejase de sentirse así, por lo que se mostró atenta y cuidadosa en todo momento, y ante todo, con la cabeza bien fría para evitar las lágrimas que luchaban por escapar de sus ojos.
Cuando la sangre cesó de brotar de su herida, tomó un par de inspiraciones profundas y posó las manos sobre su pecho. Se concentró y mandó parte de su energía a través de sus manos al cuerpo de Kyrian mientras sentía como la herida se iba instaurando en su pecho y cerrándose en el de él. Tragó fuertemente ante el dolor y cuando el estuvo completamente curado, besó su frente y salió del coche en busca de Lau. Lo más sensato habría sido descansar y dejar que la herida sanase rápidamente, pero había dejado a su compañera sola con aquellos daimons y no quería que el número la perjudicase.
Giró la esquina del callejón cuando dos pares de fuertes manos la agarraron por los hombros. Trató de revolverse pero la aprisionaron contra la pared, eran dos Daimons que la miraban con una sonrisa socarrona. Antes de que ella pudiese caer en la cuenta, amarraron también sus pies, dejándola completamente inmovilizada.
Una sombra comenzó a aparecer ante ella, una sombra de una mujer… ¿Dangermel?
-Melo, por lo que mas quieras, sígueme el rollo-le dijo mentalmente. Por suerte, ambas tenían ese don y podían pensar para comunicarse con la otra- Gracias chicos, me habéis facilitado un trabajo enorme-dijo Danger sonriendo a los daimons que aprisionaban a Melo
-¿Mel? ¿Eres tú? ¿Porque me haces esto?-la voz en su mente sonaba aterrada. Se revolvió nuevamente tratando de liberarse de los Daimons pero conseguían mantenerla firmemente contra la pared, con sus brazos abiertos y sus piernas inmovilizadas
-Me obligan, titi- Dangermel usó conscientemente esa palabra para que supiese que realmente era ella y que seguía usando sus expresiones habituales de cariño entre ellas- me han amenazado con hacer cosas mucho peores si no te hago esto a ti- Melo casi notó como lloraba en su interior pese a que su cara mostrase difícilmente una máscara de indiferencia. Dangermel sacó una daga del interior de sus botas y se acercó a Melo con paso aparentemente decidido, pero temeroso si no la conociese como lo hacía. Realmente no quería hacer lo que estaba a punto de hacer, fuese lo que fuese.- Esto por lo que me hiciste en el cementerio-Lo siento, te juro que lo siento
-¿Pero que…?- En ese momento se cortó su conexión mental, porque el dolor lo llenaba todo. Danger le estaba haciendo una incisión desde la parte más alta de su antebrazo izquierdo que recorría todo su brazo por el interior, hasta la muñeca. Melo gritó, gritó hasta que notó su garganta irritada y la sangre comenzó a salir a borbotones como si todo el líquido de su cuerpo se centrase en esa zona. El rostro de Dangermel se contrajo por el dolor, tanto físico, que era el suyo aumentado por diez, como psicológico porque ella sabía bien cómo el marido de Melo había terminado con su vida
Levantó la mirada atemorizada por lo que su amiga del alma le estaba haciendo, y fueron sus ojos llorosos lo último que pudo ver antes de apuñalar su otro brazo y que todo se tornara rojo…
***
La cabeza le daba vueltas y el ambiente estaba impregnado del olor a sangre… Todo era demasiado confuso, lo último que recordaba era un fuerte dolor en su pecho, una mujer y el calor de Melo abrazándolo antes de que todo se nublara en su mente.
Melo… La buscó a tientas con los ojos cerrados, y al ser consciente de la poca movilidad se dio cuenta que estaba en su coche. Siguió siendo consciente de los acontecimientos y se palmeó el pecho en busca de una herida… Que no estaba. No debía hacer mucho que habían dejado el santuario porque aun quedaban un par de horas para el amanecer, y si Melo no estaba en ese coche, eso quería decir que la muy irresponsable estaba haciendo algo por ahí, con un agujero en el pecho que debería estar en el suyo y que le había dicho que no curase.
Salió del coche en su busca para llevarla a casa de regreso y que pudiese sanar correctamente, ya que bien sabía que necesitaba dormir para que sus heridas de curación sanasen completamente. Tomó una inspiración profunda y un olor muy familiar llegó a sus fosas nasales… Caramelo, dulce y caliente mezclado con un chispeante toque de limón, y algo que no le gustó un pelo… óxido y sal. Era el olor de la sangre de Melo. Lo siguió y lo que pudo ver lo dejó sin aliento.
Al salir del callejón en el que se encontraba el coche, dos rubios mantenían a Melo completamente desangrada contra la pared, con unas incisiones en sus brazos, que en la mano derecha llegaban justo al límite donde comenzaba su brazalete y tras el cual se ocultaba su marca de Artemisa. Dangermel estaba tirada en el suelo revolviéndose por el dolor.
-Lo siento, Kyrian… De verdad que siento mucho lo que le he hecho. Por favor, cuídala hasta que se recupere - La voz de Danger era llorosa en su mente. Una vez dichas estas palabras y ante el shock que la imagen le había provocado a Kyrian, Mel desapareció por un Bolt-hole seguida por los dos Daimons que dejaron caer el cuerpo de Melo completamente desmadejado al suelo
Inmediatamente después de su caída, Kyrian se precipitó sobre su cuerpo, tratando de parar la sangre que no paraba de salir por sus heridas. Escuchó un quejido lastimoso proveniente de su espalda. Era Lau.
-¿Qué le ha pasado?-preguntó horrorizada mientras Kyrian sacaba su teléfono
-Dangermel-Lau se llevó las manos a la boca incapaz de creer que su amiga hubiese hecho eso en el cuerpo de Melo- ¿Paolo? Prepara todo lo que tengas en casa para curar a Melo… Está muy mal. Necesitamos vendas, grapas, agua caliente, hilo y aguja. Lo quiero todo en 3 minutos- Kyrian daba órdenes al escudero por teléfono mientras cogía el cuerpo de Melo entre sus brazos. Cuando colgó volvió a mirar a Lau- Por favor, necesito que me lleves a casa
**
Paolo cosía pacientemente las heridas en el brazo izquierdo de Melo mientras Kyrian acariciaba ausentemente su marca de la diosa con la mirada fija en el trabajo del escudero. Había dejado su brazo derecho completamente cerrado para que su cuerpo terminase de hacer el trabajo y ahora estaba haciendo lo propio con el izquierdo, desinfectando la incisión y uniendo tejidos y músculos desgarrados por la daga de Dangermel. Por suerte, ahora que dormía placidamente, su herida del pecho parecía sanar sin problema, pero su respiración era leve y acompasada, dificultosa.
Tocaron al timbre y Paolo miró a Kyrian con una disculpa en la mirada
-¿Podrías abrir? No me gusta dejar las cosas a medias-señaló con la cabeza el brazo de Melo, prácticamente cerrado. Kyrian asintió ausente, dejó un beso en la frente de Melo y fue a abrir la puerta.
Abrió sin siquiera mirar quien había al otro lado, esperando un saludo y que fuera quien fuese entrase. Seguía mirando al suelo y ningún otro ruido venía del exterior, ni siquiera había entrado nadie. Finalmente alzó la mirada para encontrarse con los ojos de una mujer que le eran tan desconocidos y a la vez tan familiares.
Puso de nuevo sus pensamientos en orden y lanzó una mirada furibunda a la mujer que se hallaba al otro lado de la puerta, la mujer que lo había herido en el santuario y cuya herida ahora residía en el cuerpo de Melo, que descansaba a un par de habitaciones de donde el se encontraba.
-¿Quién eres? ¿Qué co-ño quieres? ¿No tuviste bastante con lo que hiciste en el santuario?-escupió con odio Kyrian
La chica soltó un bufido y miró a su lado, donde al parecer había otra persona
-¡Menudo carácter! ¿Eres siempre así?-dijo ella altiva, mirando su pecho desnudo, donde no había rastro de su herida. Alzó una ceja mientras hacia una extraña mueca con los labios… Se parecía tanto a Diana…
-Solo con la gente ingrata-dijo Kyrian apoyándose en el marco de la puerta, desde donde pudo ver a Acheron
-Déjanos pasar, anda. Tengo que darte una explicación-gesticuló con la cabeza en dirección a la muchacha.
Kyrian se apartó de la puerta y fue a uno de los sillones del comedor, donde se sentó y se llevó las manos a la cabeza, agarrándose el cabello. Notó la imponente presencia de Acheron en el hueco a su lado, y vio como la chica se sentaba en el otro sofá.
-¿Quién es ella?-murmuró aun con la cabeza gacha, pensando en todo y a la vez en nada
-Ella es…-comenzó Acheron
-Ash, déjame a mi-dijo ella por fin- Mi nombre es Briseida de Tracia- Kyrian levantó la cabeza sorprendido por su declaración y la miró atónito- Mi madre era…
-Diana-terminó Kyrian mirándola fijamente- ¿Por qué no fui informado de que tenia parientes vivos, Acheron?-su mirada destilaba odio dirigido al atlante
-Sabes las normas, Kyrian…
-Las conozco perfectamente Ash, pero jamás habría permitido que una de los míos estuviese condenado a perseguir demonios el resto de su inmortal existencia
-Precisamente por eso. La necesitábamos, su espíritu era guerrero, al igual que lo es el tuyo
-¿Por eso me mantuvisteis alejada de todo y de todos? ¿Por qué yo tampoco pude saber que mi tío seguía con vida? ¿Por qué hay algo en mi cabeza que soy incapaz de recordar? ¡Maldición! Casi mato al único pariente que ha sobrevivido durante siglos- su carácter salía a la luz cada vez que tenía ocasión y se mostraba incómoda e impaciente bajo la supervisión de esos dos hombres
-Eso es cosa de Jaden, Briseida… Yo no puedo hacer más. Mi misión era juntaros, al igual que la tuya es disculparte con Kyrian y marcharte a descansar, la salida del sol esta demasiado cerca
-Lo siento… Tío- murmuró apesadumbrada Briseida
-Créeme, aceptare tus disculpas, pero cuando llegue el momento. Necesito aclarar mis ideas y pensar en todo lo sucedido. Ha sido una noche demasiado intensa.
Kyrian se levantó del sofá, abandonando la habitación para volver al lado de Melo. Minutos después escuchó la puerta cerrarse y se metió en la cama con ella, vigilando su sueño, procurando ser el primero en ver sus ojos cuando volviese a ser ella.
0 comentarios