-Historias Dark Hunter- Capitulo 62 por laucrep

viernes, agosto 12, 2011

Al final consiguió reducir a unos cuantos Daimons que estaban en el callejón, cuando levanto la vista vio a Briseida, la nueva Dark Hunter, se defendía bastante bien. Se preguntaba donde había estado todo este tiempo, aún era un misterio para ella el por qué había venido y de donde había salido.

De pronto vio algo fuera de lo común, Briseida se estaba transformando en algo que no acertaba saber que era, sus ojos adquirieron un brillo rojizo que ansiaba sangre.

Nunca había visto comportarse a un cazador de esta manera. Dejo a un Daimon completamente seco y acabo con un Spati en un abrir y cerrar de ojos comiéndose su corazón.
Cuando acabo con el Spati vino directamente hacia ella.

- ¿Quieres jugar conmigo?- dijo ladeando la cabeza y mirándola con las comisuras de los labios llenas de sangre.

- Joder¡¡ ¿Briseida que **** te pasa?- Dije gritando e intentando apartarme un poco de su camino.

En ese momento se abalanzo contra ella intentó zafarse de sus brazos como pudo le dio un puñetazo en la cara y consiguió que Briseida se apartara un poco de encima de ella aprovecho para darle una patada, Briseida se tambaleó hacia atrás aunque no parecía que le hubiera hecho mucho daño.
Briseida la miro con ojos de furia y con la mirada hizo que Lau volara por los aires estampándose contra la pared, fue un golpe tremendamente fuerte. Briseida transmitía una fuerza brutal.

Lau veía como volaba por los aires estampándose contra la pared. El impacto hizo que agrietara la pared. Notaba el regusto a sangre en su boca. Intento levantarse pero no pudo una fuerza extraña la estaba manteniendo en el suelo. Cuando Briseida se estaba acercando a ella con un aire letal apareció un tío que no había visto en la vida, parecía bastante cabreado cogió a Briseida y la aparto. A los pocos segundos desaparecieron de su vista.
Cuando consiguió ponerse en pie vio que se abría una madriguera y aparecían dos Spati y una sombra. El eclipse no iba a acabar nunca, pensó.

Aprovechando su reciente golpe dos Spati la inmovilizaran contra la pared. Los recuerdos comenzaron a apoderarse de ella. Mientras la agarraban por brazos y piernas ella intentaba zafarse de los dos Spati que la mantenían fuertemente agarrada. La escena le era muy familiar a la de la noche de su muerte. De pronto vio una sombra que se acercaba a ellos, pero tomo otra dirección hacia fuera del callejón y apareció una persona andando hacia donde se encontraba con paso decidido.

- Mira lo que tenemos por aquí, una bellísima cazadora. Encantado de conocerte soy Desiderius- dijo mientras que se acercaba a ella.

- ¿Hijos de p-uta que queréis de mi?- Dijo moviéndose como una loca para intentar soltarse.

- No te esfuerces, estos Spati te superan en fuerza- Y comenzó a acercar una mano
hacia mis pechos.

- Cabrón ni se te ocurra acercarte.

Pero lógicamente hizo caso omiso a sus peticiones, comenzó a manosearla de arriba abajo, cogió su puñal y rajo la camisa que llevaba dejando al descubierto un minúsculo sujetador de encaje. Se sentía completamente indefensa como aquella noche en la cual no le quedo otra que gritar y gritar hasta no poder más, suplicando que la dejaran o que la mataran, total ya había perdido a lo único que había querido en la vida.

- Desiderius es que no vas a compartir un poco con nosotros- Dijo uno de los Spati que me agarraba, con cara de sádico.

Mientras Desiderius pasaba su lengua por su escote, provocándole una angustia y una ira que la concomía por dentro. Miro al Spati que había hablado y siguió a lo suyo. Lau siguió moviéndose como una poseída haciendo más difícil el trabajo de Desideirus. Este al ver que no dejaba de moverse le pego un puñetazo en la cara haciendo que se estampara contra la pared que tenia detrás.

- Te vas a estar quietecita de una put-a vez.

- Eso no te lo crees ni tú. - Dijo escupiéndole la sangre que le había hecho en el labio.

Desiderius se enfureció y le desabrochó los shorts que llevaba. Se quedo mirándo la marca que tenia bajo la barriga. Cuando estaba a punto de tocarla unos pitidos salieron de unas pulseras, que no se había dado cuenta hasta ahora, que llevaban los dos Spati.

- Desideirus el eclipse va a acabar. ¿Qué hacemos, la matamos?

- Joder, con lo que me hubiera gustado acabar lo que estaba empezando con esta zorr-a.

- Ni en tus mejores sueños asqueroso.

- No, no la matéis, disfrutare de ella en otra ocasión.-Le dijo al oído mientras le
agarraba del culo.

Saco un puñal y se lo clavo en el muslo de la pierna derecha dejándolo ahí. Lau soltó un grito de dolor, pero más que dolor sentía una rabia enorme.

- Así lo tendrás más difícil para salir corriendo.- Dijo carcajeándose.

Y de pronto habían desaparecido, Desiderius había abandonado el cuerpo del hombre que había ocupado, que yacía muerto delante suya.

El sol estaba ganando terreno, incluso en el callejón que se encontraba, fue cojeando hasta un rincón que había entre las sombras, se sentó en el suelo y entre lagrimas se saco el puñal del la pierna. Cogió su móvil y llamó corriendo a Etienne, no quería que nadie la viera en ese estado, pero ciertamente era con el único que le apetecía estar, esperaba que no tardara mucho porque si no, no iba a encontrar nada de ella.

Estaba aturdida, pensaban violarla, aunque nunca más lo hubiera permitido, no quería pasar por ello otra vez el sentirse completamente humillada y poseída por alguien que solo te da asco y que busca tu dolor. Quería matar a Desideirus la próxima vez las cosas cambiarían.

Sentía el calor del sol que iba acercándose quedaba muy poca sombra. Había oído que era una muerte dolorosa y muy lenta, tenía miedo. Miro el puñal que se había sacado de la pierna, si el sol le alcanzaba se lo clavaria en su marca, puestos a morir que fuera algo rápido.

En ese momento vio que un coche se adentraba en el callejón marcha atrás reconoció el coche de Etienne. Del coche bajaron Dev y Etienne con una gran manta.
Joder iba a matar a los cabrones que le habían hecho eso, estaba en una esquina agarrándose las piernas, con sangre en el labio y un reguero que le caía por la pierna. Solo sentía furia en su interior, le nublaba la vista el verla así, indefensa y herida.
Dev se acerco a Lau mientras que Etienne estaba parado al lado del coche, con la manta en las manos.

- Etienne a que esperas joder ven rápido que se va a chamuscar delante nuestra.

Escucho la voz de su hermano y reacciono rápido, fue corriendo hacia ella y le ayudo a levantarse, tenia la camiseta completamente desgarrada en dos partes dejando sus preciosos pechos solo tapados por un pequeño sujetador de encaje, la tapo corriendo en cuanto se dio cuenta de que Dev estaba mirándola. Solo un gruñido dirigido a su hermano.

- ¿Que **** te pasa?- Dijo Dev con cara de sorprendido.

- No la toques.- Dijo mientras le daba un suave beso en la mejilla a Lau, y comenzaba a taparla con la manta.

- Me vas a dejar que os ayude o ¿no?, deberías teletransportarte al santuario para que Carson le mire esa herida.

- No, al santuario no, solo quiero descansar un poco, se me curará rápido, no quiero que me terminen de rematar en el santuario- Dijo Lau, mirando a Etienne.

- ¿Por qué dices eso? Sabes que en el santuario estarás a salvo.

- Si claro si no tuviera algún enemigo allí.

- Basta de hablar te llevaré a casa.
Y en un abrir y cerrar de ojos estábamos en el apartamento, la dejo en un rinconcito tapada con la manta y cerro todas las persianas.

Cuando Lau se quito la manta fue directa al baño. Apoyo los brazos sobre la superficie del mueble del baño y se miro al espejo, no tenia buen aspecto. Tenía pelos de loca, sangre que le caía del labio, este bastante hinchado, la camiseta completamente rota, y se sentía sucia, muy sucia porque las manos de esos desgraciados la habían tocado, sobre todo Desiderio, aún podía sentir su lengua deslizándose por sus pechos.

- ¿Qué te han hecho? ¿Te han tocado?
Levanto la cabeza y vio a Etienne detrás suya. Estaba furioso.

- No.- dijo mirando hacia otro sitio.

- ¿Te han tocado?- Dijo resaltando cada palabra con una voz fría.

- ¡Que no joder!- Le grito.

- Los voy a matar te lo juro, uno a uno.

- No, lo voy hacer yo. Soy una Dark Hunter no se si lo recuerdas, se cuidarme solita.- Dijo dándose la vuelta hacia él.

- Pues hoy no parece que te haya ido muy bien.

Esas palabras colmaron la paciencia de Lau, se sintió muy dolida, la estaba cuestionando.

- ¡Vete a la mierda! Me he tirado siglos SOLA sin nadie que me cuidara y aquí estoy, así que no necesito a nadie para hacer mi trabajo. Déjame sola- Dijo gritándole y empujándole hacia fuera del baño.

Etienne soltó un gruñido, se dio la vuelta y pego un portazo, estaba furioso pero se sentía dolido por lo que le había dicho a Lau, sabía perfectamente que podía cuidarse sola, pero el pensar que le podían haber hecho algo le carcomía por dentro. No era normal esto que sentía y ella no quería su ayuda. Se transporto al santuario y allí adopto su forma animal.

Se metió a la ducha y dejo que el agua corriera por su cuerpo limpiando así sus heridas y el rastro de babas que le habría dejado el Hijo de P-uta del daimon. ¿Que se creía Etienne? ¿que no podía defenderse? Quizás no le gustaba la lucha como a muchas de sus compañeras pero no le había quedado otra durante todos los siglos que había estado luchando contra Daimons. Le había dolido que le hubiera dicho eso. Aunque por otra parte sabía que estaba preocupado por ella.

Cuando salió de la ducha Etienne no estaba en la casa, cerró todo bien y se metió en la cama a dormir las pocas horas que quedaban hasta que anocheciera.

Mientras Etienne estaba en su forma animal, su madre entro a la habitación donde se encontraba.

- Qué raro encontrarte aquí a estas horas. ¿te pasa algo?- En ella había un tono de malicia.

Etienne soltó un gruñido en señal de respuesta.

- Se que eres un animal de pocas palabras, pero me puedes contar lo que te suceda. ¿Acaso te ha hecho algo esa Cazadora con la que te juntas?
Recuperó su forma de hombre viendo que su madre no iba a dejarlo tranquilo.

- Déjame tranquilo Mama. No estoy de humor para aguantar tus gilipollece-s.

- Cuidado con hablarme así Etienne Peltier, no olvides que soy tu madre.- Dijo con tono autoritario.
Quiero que te alejes de ella. Deberías intentar emparejarte con alguien de tu especie como por ejemplo con Giselle, es una Osa de los pies a la cabeza.

- No puedo creer lo que estoy oyendo, ¿me estás diciendo con quien tengo que follar?- dijo levantando la voz y bastante cabreado.

- No, no solo te estoy diciendo lo que es mejor para ti.

- Déjame tranquilo.
**

Esa noche no se vieron. Lau fue a patrullar por la ciudad. Necesitaba pensar y aclarar su mente. ¿Qué quieres de Etienne? Se decía para si misma una y otra vez. Aunque no daba con la respuesta exacta sabía que estaba sintiendo algo por el muy grande y no quería estar separada de él, necesitaba sentirlo a su lado.

Al día siguiente fue al santuario con la certeza de que allí se encontrarían. Necesitaba saber si el también había sentido ese vacío en su interior.

Cuando estuvieron cerca se miraron a los ojos. En ambos ojos se advertía pasión, deseo y quizás amor. Etienne sonrió a Lau de una manera que hacía que ella se derritiera.

- Siento lo de ayer, estaba mal, pero tú la verdad que también te luciste.

- Que disculpa más rara, pero la acepto.

- Por cierto gracias por salvarme la vida. - Dijo guiñándole un ojo.

- No me gusta el pollo asado, así estas mejor.

- Te debo una explicación.¿ Hablamos luego? Creo que aquí no están espiando.

- Tengo una familia un poco rara.

Fueron a reunirse con los Dark Hunters que había en el local, para ver cómo les había ido en el eclipse y planificar el siguiente paso.

Etienne y Lau estaban en la barra pidiéndose un Vodzca, cuando de pronto apareció por detrás de ellos Giselle. Se acerco moviéndose de forma insinuante hacia Etienne. Hizo como si Lau no se encontrara justamente al lado de él.

- Cariño anoche no terminamos de hablar. ¿Vienes?

- Giselle, ahora mismo estoy ocupado.

No le hizo mucha gracia que Etienne le hubiera dicho que no. Pero a pesar de ello se despidió de él dándole un beso en la mejilla.
Lau estaba sorprendida y celosa muy celosa, lo estaba haciendo para joderla, lo sabía.

- Zorr-a.- Soltó Lau en un susurro, cuando la Osa se iba hacia su mesa.

Etienne se volvió hacia Lau mientras la miraba con cara de sorprendido, y lógicamente Giselle que también lo había escuchado, volvió hacia ella con paso decidido. Parecía bastante furiosa.

- ¿Qué **** has dicho?- Dijo poniéndose delante de Lau.

- ¿Me vas hacer repetirlo? Creo que ha sido algo así como Z-o-rr-a.

En ese momento la Katagaria hizo ademán de cogerla de los pelos pero Etienne las separó. Lau se estaba levantando ya de su taburete para atacarla. Lo siguiente que sucedió fue que se abrió una madriguera en medio del santuario..

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