-Historias Dark Hunter- Capitulo 73 por DangerMel
miércoles, noviembre 09, 2011¡No, no, no! Que no pasara nada.
-De nuevo me has vuelto a desobedecer Melanie. Me estoy cansando de tus juegos.
-Ni se te ocurra acercarte a ella hijo de ****- Zarek se levantó de inmediato, enfrentándose a Tegan cara a cara.
-Será mejor que cierres la boca griego si no quieres salir mal parado de esto-. Zarek enarcó una ceja.
- ¿Piensas que te tengo miedo?- poco más y suelta una carcajada.
Mel lo veía todo desde la cama. Estaba intentando levantarse y separar a ellos dos, pero no sabia porque razón, estaba como paralizada.
Miedo...eso era lo que sentía. ¿Que le estaba pasando? Toda esta situación la estaba destrozando y se habían resquebrajado todas y cada una de las piezas de los muros que con tanto ahínco había construido para protegerse durante todos esos siglos.
Tegan empujó a Zarek haciendo que chocara contra la pared. Zarek le devolvió el golpe dándole un porrazo en su asquerosa cara de niño bueno. Tegan escupió la sangre que se había acumulado en su boca. Zarek le había roto el labio.
Lo atacó sacando de su bota un puñal y se lo clavó en el hombro. Zarek soltó un siseo, pero el dolor no le impidió coger al Daimon por el cuello y lanzarlo contra el espejo de fondo de la habitación.
-¡Zarek para!- gritó Mel- aléjate de él. Me iré, yo...yo no puedo estar aquí- murmuró histérica. No quería que hirieran a su Zarek.
-Haz caso a la zorrita griego. Por una vez esta diciendo algo sensato. Sin mi no puede sobrevivir- dio vueltas alrededor de Zarek, que miraba a Mel con ojos lastimeros- Me pertenece. Ella ya no es tuya. Aunque claro, nunca lo ha sido- las palabras de Tegan estaban enrabiando a la bestia que había en el interior de Zarek- tu te la has follado varias veces. Pero ahora solo lo hago yo. Es mía. Una **** de la que voy a disfrutar durante toda la eternidad, mientras Stryker se carga uno a uno a todos los cazadores. ¿No es genial?
-Cállate
-¿Qué me calle? Oh, ¿pero por qué? Sólo estoy diciendo la verdad. Vosotros caeréis poco a poco y los Daimons invadiremos la tierra.
Zarek convocó sus poderes de semidios y le lanzó una descarga astral a Tegan que lo tumbó en el suelo. Mel se quedó boquiabierta al verlo. No sabía que era tan poderoso.
Sus poderes de semidios, todavía estaban desarrollándose. No los controlaba a la perfección, pero sabía defenderse con ellos. A parte que su práctica en la lucha, era muy buena. Muchos años de práctica.
Danger al fin se levantó de su sitio y aparto a Zarek de Tegan. No podía dejar que se mataran allí.
Mel pensó de forma racional. Sabía lo que tenía que hacer.
-Zarek, tengo que irme- sus ojos brillaban por las lágrimas que pugnaban por salir- no quiero ponerte en peligro.
-Mel...no te vayas- suplico- por favor...
Tegan miraba la escena divertido, poco más y se echaba a reír. ¡Que monos! Pensó con asco.
En el fondo le daba rabia que su mujer defendiera a ese abominable cazador. Era suya, siempre lo había sido. Aunque se hubiera comportado como un hijo de **** con ella. Pero le pertenecía, era su mujer desde hacia mas de dos mil setecientos años.
-Me vais a hacer llorar- murmuró- Venga Melanie, dile ahora cuanto lo quieres, dale un besito y vente a mis brazos para que te folle como la ***** que eres.
El corazón de Mel dio un brinco al oír esas palabras. Por desgracia sabía que iba a ser así. Tegan la iba a utilizar hasta el fin de sus días.
Zarek la abrazó fuertemente, ignorando a ese mamón que los miraba con desdén y le susurro:
-Juro por todos los dioses, que te sacare de allí Mel. Cueste lo que cueste volverás y no lo necesitarás más- Mel lloró. Ya no podía aguantarlo más. No quería separarse de Zarek.
-Te quiero Zarek. Perdóname por todo...
-Te quiero, y no hay nada que perdonar.
Arropó sus labios contra los suyos. En un beso frenético que implicaba despedida. Su alma de guerrero lo ponía entre la espada y la pared diciendo que no la dejara marchar, pero ella estaba arriesgándose por él. Saboreó su boca, memorizando hasta el ultimo rincón. Grabando a fuego en su mente su sabor y así poder agarrarse a lo poco que tenia de ella.
Lucharía en cuerpo y alma por conseguir que volviera a su lado. No iba a tener otra misión en la vida, la salvaría de las garras de ese hijo de ****. Lo juró. Y el jamás rompía sus promesas.
Tegan estaba hasta los cojones de la escenita romántica. Se acercó a ellos con rabia,- que seguían morreándose sin prestarle atención- y agarró a Mel por el pelo. Arrastrándola hasta que cayo al suelo.
-¡No la toques!- Zarek le lanzó otra descarga astral y lo tiró muy cerca de Mel.
Convoco un bolt-hole desde el suelo y se la llevó consigo a Kalosis.
La cazadora se iba a enterar de quien era él.
Todavía tenía el cuerpo lleno de heridas abiertas por la tortura que le había inflingido. Pero no le iba a dar tiempo a curarse jamás. La torturaría día a día hasta que consiguiera amansarla como un perrito domesticado. La guerrera que se había creado como fachada durante los siglos pasados iba a desaparecer, dejando paso a una Mel sumisa que lo daría todo por él. Se encargaría de ello.
*****
-¡Aqueron!- gritó Zarek presa del dolor- ¡¡¡Aqueron!!! - cayó de rodillas al suelo, con el corazón echo trizas. Otra vez. Se había vuelto a marchar dejándolo solo- ¡Atlante trae tu puto culo aquí! Por favor...
Un bruma apareció ante él y entonces se materializó Aqueron con semblante preocupado.
Miró el destrozo que había en la habitación.
Las puertas del armario estaban astilladas por golpes, el suelo con rastros de sangre, y Zarek con una puñalada que sangraba en su hombro.
-¿Que ha pasado aquí?- preguntó.
-Conseguí salvar a Danger, la encontré completamente torturada y casi muerta. La traje aquí para cuidarla, pero apareció Tegan... Se la ha vuelto a llevar Aqueron...
-Joder- el atlante se mesó el cabello. Estaba harto de los imprevistos que parecían perseguirle a cada momento de su interminable existencia- No puedo dejar que sigan haciéndole daño a una de mis cazadoras. Pero su unión con Tegan tuerce mucho las cosas.
-Aqueron. Nunca te he pedido nada. Pero necesito hacerte una pregunta y necesito la respuesta.
El Atlante se quitó sus gafas, dejando a la vista esos ojos emparanoyantes que dejaban loco a cualquiera que los miraba con atención. Siempre en movimiento, los colores plateados, dándole un toque tanto misterioso como intimidante.
-Escupe.- lo instó.
-Necesito que me digas como salvar a Mel y desvincularla de Tegan. ¿Me lo dirás?
-No es algo fácil...- jamás nada lo era. Pensó. El mismo llevaba siglos vinculado, pero no era lo mismo. La situación en la que Dangermel se encontraba con Tegan, era más secilla que la de él. Pero lo que necesitaba Zarek para conseguir liberarla, no estaba al alcance de muchos. Sería difícil, pero Zarek lucharía con todas sus fuerzas por conseguirlo. El atlante estaba seguro de ello. Jamás había visto al esclavo griego, tan afectado por algo.
Se notaba a leguas que estaba enamorado de Danger y deseó con todas sus fuerzas, que la pareja pudiera tener un futuro juntos.
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