-Hey, Flet-saludó Nick a la huntress-. ¿Qué te pongo?
-Un litro y medio de disolvente, anda-dijo ella resoplando.
Nick giró el taburete alto al lado de la barra del Santuario donde la chica estaba sentada para dejarla mirándola fíjamente a los ojos.
-¿Qué?-dijo ella, molesta.

-Otto está bien. Preguntaba por tí hace un minuto.
Fletch se miró las Converse desgastadas y volvió a apoyarse en la barra.
-¿Dónde está mi bebida-quema tejidos?
-Heey, sube-le dijo en voz baja-. Sabes que al recibir heridas graves quieres estar cerca de los tuyos y...
-Nick cierra el pico. No tienes ni idea.
-Desgraciadamente sí, por eso te estoy dando la lata. Personalmetne, no tengo ganas de que tires a la calle por una puerta como debería hacer Justin o Dev, que sé que eres capaz.
-¿Qué sabes?-preguntó ella frunciendo el ceño.
-Ah, pues que eres una tigresa en la cama y que tienes unos poderes un poco extraños-contestó él a la ligera.
-¿Qué?
-Ay, mierda, no quería decirlo así. Joder, te lo explico allí arriba, ¿de acuerdo?-dijo señalando las escaleras y encaminándose hacia ellas.
Fletcher le siguió inmediatamente.
-Explícate.
-Vale, ha sido un poco extraño. Estaba ayudando a curar a Otto y al tocar su sangre he tenido acceso a todos sus recuerdos.
-¿Te has vinculado a él, pedazo de cenutrio?
-¡No! Solo he tocado su sangre.
Fletcher puso cara de no creerse nada.
-Vale, sé que suena muy raro pero el caso es que quiero que subas tu culo vestido de cuero a esa habitación y hacer lo que tengas que hacer con él, ¿de acuerdo?
-¿Se supone que debo hacerte caso?
-Sí, porque manipulo tu comida, así que si no te quieres encontrar uñas de los pies o algo asqueroso en tu gumbo, haz lo que te digo.
-Dios, Nick, qué asco, me ha dado una arcada y todo.
Nick se rió con ganas.
-Eso pretendía. ¡Arriba!
...
La hunter llevaba cinco minutos parada delante de la puerta. Al final se decidió a llamar.
-¿Estás despierto, Otto?-preguntó en voz baja.
-Sí, puedes pasar.
Ella cerró la puerta tras de sí.
-¿Qué tal estás?
-¿Debería contestar aburrido?
-Eso solo lo puedo decir yo.
-Entonces te diré que mejor que cuando me iba desangrando en mi propio coche y tú conducía como en los coches de choque.
-Eso no es mi culpa, en mi época no había coches. ¿Tú has visto a Julian conducir? Porque entonces me tendrías en un pedestal.
-Ya te tengo en un pedestal.
Ella miró fíjamente la pared y se sentó en el borde de la cama.
-Siento lo que ha pasado-dijo en voz baja.
-No sé a qué te refieres pero seguro que no ha sido culpa tuya.
Le cogió la mano a la chica con la izquierda, porque la derecha la tenía vendada.
-Nick me ha dicho que hable contigo, pero no sé de qué-comentó mientras le acariciaba la mano con el pulgar.
-Podemos hablar del tiempo-propuso él, recostándose.
-¿Estás bien seguro? Quizá deberías descansar un rato, ¿no?
-Estoy bien. Gracias por venir.
-¿Por qué querías que viniese?
Otto meditó un momento y se pasó la mano vendada por los ojos.
-Realmente no lo sé. Estaba semiinconsciente y solo quería tenerte cerca.
-Eso es... vaya, es muy bonito, Otto-dijo ella con voz suave. Él entrecerró los ojos al escuchar su curioso acento.
-Me gusta tu voz.
-Me estás sacando los colores, Otto. Prefiero hablar del tiempo.
Él calló durante un rato.
-¿Me haces un favor?-dijo tímidamente, casi es un susurro.
-Por supuesto-dijo ella.
En vistas de que él no continuaba, la hunter usó sus poderes empáticos. Le abrazó y comenzó a acariciarle el pelo con suavidad.
-Gracias-dijo él quedamente. Ella le besó el pelo.
-Un placer-dijo ella. Después se rió.
-¿Qué te hace tanta gracia?
-Tienes el pelo más suave que yo, eres como Dev, ¿por qué sus rizos son más bonitos que los míos?
Otto se rió.
-Me gustan tus rizos y tu pelo. Lo tengo tan suave porque uno de los grenlims que se hacen llamar mis hermanos me tiró un huevo a la cabeza el otro día.
-¿En serio?
-Sí.
Fletcher se rió con ganas.
-Marya, te quiero.
Ella se puso rígida. Otto se puso lívido.
-¿Dije eso en voz alta?
-Sí.
-Oh-dijo.
La hunter se quedó en blanco completamente, y no sabría muy bien qué decir si Acheron no hubiese aparecido de la nada frente a ellos.
-¿Qué mierdas significa esto?-exclamó.
-Vaya, mi vida se desliza hacia Mierdaville y no hay ninguna rampa de salida. Casi pregiero la comida adulterada con uñas de los pies de Nick-exclamó Fletcher.
Los dos hombres la miraron raro.
-Ya me explicarás muchas cosas luego-advirtió el líder atlante-. Pero ahora te necesito en una situación. Otto, quédate descansado un par de días más, ¿de acuerdo?
-¿Una situación?-preguntó la chica poniéndose en pie.
-Sí. Y desde que la mayoría de los hunters están o bien haciendo bebés o medio desangrados, necesito a todos los que estéis enteros.