Extracto de Cloak & Silence (La Liga)
miércoles, julio 25, 2012Se trataba de su propia supervivencia. Ya la habían matado una vez. La próxima vez, no podría revivirla.
Apartó el pelo con sangre de su cara. "Tienes que pensar en tu bebé, cariño. Tienes suerte de no haber abortado ya."
Sin embargo, ella se aferraba a una esperanza ciega que no podía ni siquiera empezar a comprender. "Darling vendrá a buscarme. Sé que lo hará."
Ture apretó los dientes por su infantil devoción. Ni una sola vez desde que la tomara cogida lo había dejado. Ella sinceramente pensaba que su novio vendría ha arriesgar su propia vida y liberarlos de este agujero del infierno.
Cómo le gustaría poder creerlo, también. Pero él sabía mejor que eso. "Los héroes no son reales. Ellos no vienen cargando con fuerza para salvar a su doncella. Confía en mí. Estos dejan una estela a la primera señal de problemas, abandonandote atrás para hacer frente al ejército invasor por ti mismo, con la esperanza de que van a quemar la casa, la parte superior para no tener que volver a verte."
"Los hombres dirán cualquier cosa para entrar en tus pantalones, amor. Ellos no quieren decir ni una palabra."
Ella tomó su mano en la suya y la apretó con fuerza. "Lamento que nunca hayas estado enamorado de un hombre que realmente te amara, Ture. Pero te digo... yo he visto lo que Darling y Maris han pasado el uno por el otro y no nos van a dejar aquí. No van a descansar hasta que nos hayan rescatado. Lo sé."
Ture abrió la boca, luego la cerró. No había necesidad de discutir. Ella tenía sus creencias y él las suyas. Tal vez hubo un tiempo en su vida cuando había estado tan cegado por el amor que él también se creyera esa mierda. Pero tantos años de haber sido abofeteado por puta-pollas egoístas habían hecho mella en él.
Ni siquiera su propia familia había estado allí cuando los necesitaba. Así que ¿por qué un extraño?
Sus interrogadores la habían matado hoy durante la tortura y luego se la llevaron de regreso, sólo para poder continuar con ella.
Malditos sean todos por ello.
"Espero que estés bien, cariño" susurró contra su pelo. Lo último que quería era que ella aprendiera las duras lecciones que habían bajado por su garganta. Él lloraba por la perdida de la inocencia de cualquier persona, sobre todo cuando la pérdida era tan brutal. Y en el fondo en un lugar que odiaba, estaba el último vestigio de su propia esperanza de saber que ella tenía razón. Que tal vez, sólo tal vez, había gente en el mundo que valia la pena por algo. Alguien que podría estar por ti, incluso en el infierno y no te traicionase.
"Zarya?"
"Mmm?"
"Dime lo que se siente al estar en manos de alguien que realmente te ama."
¿La parte más triste?
Siempre habia sido asi.
"Es la cosa más maravillosa que puedas imaginar. No hay realmente nada como eso."
Él suspiró con cansancio. "No sé cómo puedes soportar tal paliza y aún asi protegerlo."
¿Cómo no iba a hacerlo? Darling, haría lo mismo por ella, y mucho más. No tenía ninguna duda. Él era realmente ese tipo de hombre. "¿Alguna vez te he dicho las últimas palabras de mi madre para mí?"
Él negó con la cabeza.
Ella le apretó la mano. "Yo también la quiero. Y he intentado todos los días de mi vida merecer su orgullo y ser la reina que ella quería que yo fuera."
La besó a un lado de la cabeza. "Cariño, eres mejor que cualquier reina. Eres una luchadora de la libertad para nuestro pueblo y si Darling es el rey que crees que es, vas a vivir para ser una emperatriz."
"Entonces seré una emperatriz. Ya lo verás."
Ture sonrió por la sinceridad de su tono. ¿Cómo se podría creer en cuentos de hadas después de todo lo que la vida le había tirado a la cara, no tenía ni idea. "Muy bien. Sólo asegúrate de que cuando seas emperatriz, de encontrar una reina para mí. "
"Lo haré."
Ture aumentó la presión sobre ella cuando se relajó en sus brazos. El miedo se apoderó de él, hasta que él mismo se aseguró que aún respiraba.
La admiraba a pesar de que le dieran ganas de retorcerla el cuello.
Su única mayor esperanza era que su rey fuera el hombre que se había convencido a sí misma que era. En su mundo, los hombres asi no existían. Eran fábulas y mentiras.
Sin embargo, no podía dejar de imaginar un mundo donde la gente no se defraudase entre sí. Un mundo en el que podría poner su vida y corazón en las manos de otro y no temer la traición o el daño. Un universo poblado por gente como Zarya...
Hablas como una vieja.
Se sentía como un hombre viejo. Cansado. Frío. Dolorido. Se lamió la sangre de los labios y obligó a sus pensamientos a las cosas que sabía que eran mentiras. Las cosas que eran imposibles. A las que la gente aspira. Fueron usuarios y no importa cuánto diste, nunca se quedaron.
Cerró los ojos y rezó por la muerte. ¿Y por qué no habría de hacerlo? No tenía ninguna razón para vivir. No hay nada por qué vivir. La vida era asi.
Y estaba tan cansado...
Traduccion: Maikiniky, Staff Foro Dark Hunter Spain
Fuente: Oficial Sherrilyn Kenyon
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