Dos versiones diferentes para la misma escena en los libros de Aqueron & Styxx: "Una casa dividida"
martes, febrero 26, 2013En nombre del Olimpo, ¿qué pasa?
Generalmente, él era el único que gritaba con Ryssa. No era como si Aqueron le reprochara algo a ella.
Pero cuando Styxx dejó su habitación, se dio cuenta de que era algo mucho peor que una pelea entre hermanos.
Los soldados estaban arrastrando a su hermano escaleras abajo. Aterrorizado, Styxx corrió detrás de ellos. No los alcanzó hasta que salieron fuera. Intentó alcanzar a su hermano, pero su padre le detuvo mientras Estes se llevaba a Aqueron en brazos.
Styxx miró a su padre:
- Estes le lleva a vivir a la Atlántida.
Eso fue un golpe más duro que el que aun escocía en su cara. ¿Qué? ¡No…! ¡No! -
Styxx trató de soltarse del agarre de su padre para alcanzar a su hermano que estaba peleando con Estes tan fuerte como podía.
- Es lo mejor. Es un peligro para todos nosotros, especialmente para ti.-
- ¿Cómo podían ser tan estúpidos? Su hermano era el único que nunca le haría daño intencionadamente.
- ¡Aqueron! ¡Por favor, padre! ¡No separes a mi hermano de mí! ¡Por favor!-
- ¡Styxx! - Aqueron tendió sus manos hacia él, mientras Styxx hacía lo que podía para alcanzarle.
Nadie les escuchó. Ni sintió pena ni compasión por los niños.
Con el corazón roto, Styxx lucho contra la sujeción de su padre y vio cómo su tío y su hermano se alejaban de su vista. Y cuando se fueron, supo que Estes no solo se había llevado a su hermano de su lado.
Se lo había llevado todo…
Completamente desolado por la pérdida de la compañía de Aqueron, Styxx empujó la puerta abierta de la habitación de Ryssa. Sus sollozos habían sido incesantes. Durante horas, la había escuchado las palabras que describían sus mismos sentimientos azotándole. Pero si el gritaba como ella lo hacía por Aqueron, su padre le golpearía por ello.
La devastadora soledad era horrible. Era como si alguien le hubiera cortado un brazo y le golpease con el.
Se sentía afligido y traicionado. Sin Aqueron no tenía a nadie a quien acudir. Nadie con quien hablar. Nadie que le abrazara o que le asegurara que todo estaba bien cuando se hacía daño.
Estaba tan solo y tan completamente desesperado por que alguien le sostuviera.
- ¿Ryssa?
Se alejó de su niñera que la había estado abrazando intentando reconfortarla en su dolor. Respirando hondo y de forma irregular, le miró como si fuese su culpa que Aqueron se hubiese marchado.
-¿Qué quieres pequeña bestia?-
Styxx se mordió el labio indeciso. Su carácter era extremadamente volátil. ¿Pero ahora que tenía que perder?
– Podría ser tu hermano pequeño, también… como Aqueron -
Frunció los labios mientras más lagrimas se deslizaban por sus mejillas.
-¿Tú? Tú eres la razón por la que han apartado a mi hermano de mi lado. Solo porque te pareces a el, no te hace ser lo que es él. Nunca podrás ser mi Aqueron. Eres solo una pobre copia de segunda clase de él. Apártate de mi vista. Me enfermas - Gimiendo, enterró su cabeza contra el hombro de su niñera que la acariciaba tiernamente.
- Pero también puedo quererte hermana. Si me dejas -
Chillando saltó disparada de su niñera y le agarró del brazo con un doloroso pellizco.
– No quiero tu amor, mocoso. No sabes nada de como amar a los demás. Solo a ti mismo - Le empujó hasta la puerta y se la cerró en la cara.
Los labios de Styxx temblaron mientras miraba fijamente la puerta con lágrimas en sus ojos.
– Podría aprender a amar si solo uno de vosotros me enseñara como - Susurró.
Pero ninguno de ellos deseaba amarle y lo sabía. La única persona que le había amado se había ido ahora.
Arrancado de su lado.
No tengo a nadie.
Y él odiaba estar solo. Los gemelos no han nacido para estar separados. Él era solo la mitad de un todo.
Hermanos por siempre y para siempre.
Ese había sido su pacto.
Styxx se limpió las lágrimas de los ojos y se fue a la habitación de Aqueron. Pero allí no había nada. Como su corazón y su alma, estaba vacía. La única pertenencia que quedaba en la habitación de Aqueron era una gastada almohada.
Con lágrimas corriendo por sus mejillas, fue hacia la cama y agarró la almohada entre sus brazos y se fue a su habitación. Apretó su puño con su boca para reprimir sus sollozos mientras colocaba la almohada de Aqueron en el suelo cerca de la pared. Se tumbó en ella y presionó la columna y los pies contra la pared intentando simular que era su hermano quien estaba detrás. Pero la pared estaba muy fría y aunque la almohada olía a Aqueron no era lo mismo.
No podía sujetarle las manos o decirle reconfortantes palabras. Era solo una almohada.
Su hermano se había ido de su mundo. La pena y la agonía eran tan fuertes que no podía soportarlo. Se sentía como si alguien rebuscara en su pecho y le arrancase el corazón.
- ¿Qué voy a hacer?-
Styxx miró a sus caballos de madera y vio el que antes le trajo Estes ese día. La rabia nubló su visión. ¿Cómo se atrevía Estes a darle eso y después coger a Aqueron? ¿Pensaba que un estúpido caballo podría reemplazar el amor de su hermano? ¿De verdad?
Incapaz de entenderlo, corrió hacia el baúl e hizo añicos los caballos. Los lanzó contra el suelo hasta que no quedó nada. No quería verlos nunca mas. ¡Nunca!
Cuando llegó al último de ellos, se paró. Era el caballo que Ryssa le había dado a Aqueron por su cumpleaños dos años atrás.
- ¿Lo guardarás por mi? Lloraría si lo perdiese.
Atrayéndolo hacia si, lo acunó entre sus brazos.
– No permitiré que le dañe nada. Aqueron. Estará aquí hasta que regreses te lo prometo -
No importa donde vivieran o lo apartados que estuviesen. Aun eran hermanos.
Por siempre y para siempre.
Traduccion: gemap, Staff Dark Hunter Spain & Sherrilyn Kenyon Spain
Fuente: Oficial Sherrilyn Kenyon
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