Primer capitulo de Son of No One

viernes, julio 11, 2014

-Sabes, Selena, que existe una línea muy fina entre lo que es importante para mí y lo que no y estas pisando fuerte por todo ello.
De pie en el pasillo, al lado de una pila de cajas, Selena Laurens rio ante el tono hosco de su prima.
-Eso está bien, Jo-Jo. Recuerda que con nuestra sangre Cajun-Romani, incluso si estoy muerta para ti, en ambas esferas, todavía serias capaz de escucharme. Voy a perseguirte para siempre.
Josette Landry se encogió ante el apodo de la infancia que siempre la había hecho sentirse como un Pomeranian que ladra sin parar. Normalmente, corregiría a Selena, pero, en aquel momento, estaba demasiado cansada y con el alma enferma como para molestarse.
-Mira, lo único que quiero convocar en este preciso momento, es un viaje a Baskin Robbins. Así que a menos que tengas un cuarto de esa cremosa delicia helada en el bolso, deja de hablar y conduce.
Jo tiró suavemente de Selena hacia la puerta,  e hizo caso omiso de las campanas que tintineaban en el dobladillo de la falda de gitana plateada y púrpura de Selena. Como   autoproclamada adivina, su prima había aceptado la rareza de su herencia gitana en su totalidad.
 Jo hizo una pausa mientras pasaba su mirada por Selena; desde su largo y rizado pelo castaño, su blanca blusa de campesina, el extraordinario collar en forma de luna, hasta sus sandalias Birkenstock.
Retiro lo dicho. Selena no la creía y rodó como un mal estereotipo de un cerdito feliz en una fábrica de barro.
Selena resopló.
-Ahogar tus problemas en un sorbete de remolino Rock'n Pop no va a resolver nada.
-Olvídate del sorbete. Este día se merece un helado de tarta de queso y fresas con sirope de chocolate… cucharadas triples. ¡Ahora!
-Te odiarás a ti misma por la mañana.
-Ya me odio a mí misma en este momento. Al menos déjame odiar mi vida con el recuerdo feliz de algo congelado y delicioso.
 -Bien. -Se quejó Selena.- Incluso voy a pagar por ello.
-Por supuesto que lo harás.- Jo tiró de su mochila de mensajero hecha jirones por encima del hombro.- No tengo dinero.
Selena volvió a resoplar mientras sacaba su enorme, suave y esponjoso llavero  de su bolso  de mimbre.
-No estás bien ¿verdad?
-Estoy genéticamente vinculada a tu familia. Por supuesto, no estoy del todo bien y nunca voy a estarlo.
Sacudiendo la cabeza, Selena esperaba a que Jo cerrase la puerta de su apartamento, aunque no tenía ni idea de por qué se molestaba en hacerlo. La única cosa de valor eran sus tres perros. Y si los ladrones llevaran tiras de Beggin, estarían felices de dejar sin luchar. Horribles perros mocosos.
Jo echó una mirada a través de la ventana a las cajas que había estado empaquetando e hizo una mueca. Si su racha de mala suerte de un año no cambiaba pronto, ella estaría en la calle y estaría obligada a llevar a sus queridos perros a un albergue.
¿Cómo podía haber llegado a eso? Esto no se suponía que iba a ser su vida. Nunca había sido irresponsable. Mientras que otros chicos se iban de fiesta y a beber, ella se había quedado en casa para estudiar. Se graduó en lo más alto de su clase. Había ahorrado y guardado y había perdido sus ahorros en los honorarios de un abogado cuando se divorció de su marido por negarse a trabajar. La razón era que si estaba trabajando, no tendría tiempo para atornillar a otras mujeres a su cama, mientras que Jo estaba esclavizada en dos empleos para mantener a ambos.  
Sí. Nunca se había sentido tan traicionada y herida. Nunca voy a confiar en otro hombre. Y si eso no fuera suficientemente malo, una reducción le había costado su trabajo de día y había perdido su trabajo nocturno hacía seis semanas después de que la fábrica se había quemado por un incendio eléctrico anormal.
Abrumado por el fracaso de su vida y ambiciones, Jo se volvió hacia la calle y se dirigió a la acera donde estaba estacionado el jeep de Selena. Si el esposo de Selena y su bufete de abogados llevaran divorcios, podría haber ahorrado algo. Pero la especialidad de Bill era el derecho corporativo y criminal, no el derecho de familia. Y mientras su amigo el abogado le había hecho una rebaja, aun así, se había llevado hasta el último centavo de sus ahorros para deshacerse de aquel infiel parasito.
-¿Qué voy a hacer, Lainie?
Selena abrió la puerta del coche para ella.
-Respira, cariño. Esto también pasará. Mientras tanto yo podría…
-No voy a aceptar un préstamo por tu parte. ¡Jamás!
-¿Aceptarías un trabajo?
Jo esperó a que Selena entrara al otro lado del jeep antes de responder
-No puedo leer las hojas de té o la palma de la mano, Y si me pones en tu tienda, ten cuidado. No estoy segura de que pueda sujetar mi sarcasmo.
-Sí,  sé que sois una mala combinación la venta al público y tú. El tío Jacob aún sigue contando, en las reuniones familiares, el único día que pasaste trabajando en su garaje.
-No seas tan melodramática. Solo trabajé allí durante dos horas, antes de que Molly me hiciera dimitir.  
Selena se echó a reír. Ese es mi punto exactamente. De todos modos, ya que valoro mi base de clientes y los respeto altamente, no tengo ninguna intención de ponerte detrás de un mostrador donde tu solita hundirías mi negocio. Lo que tengo para ti  Señorita Sarcasmo. Es hacer lo que mejor sabes. Trabajar como fotógrafa.  
Jo se animó inmediatamente.
-¿Ah, sí? ¿En serio?
Selena asintió mientras conducía a través del tráfico.
-Sólo que hay una pequeña trampa.
- Ah, gah. ¡Lo sabía! Es para un sitio porno ¿no es así?
-¡No! - Selena levantó la cara hacia arriba y, entonces, pareció considerarlo.- Aunque, conociéndote, probablemente preferiría el porno por encima de esta tarea.
Una sensación de malestar se instaló en el estómago de Jo cuando se dio cuenta que tenía que ser algo paranormal, y más tonto que el pomo de la puerta de una viuda.
-¿Qué?
-Tengo unos amigos…
-¡No! Conozco a tus amigos. Prefiero trabajar en la tienda Triple X de Tabitha catalogando brillantes cubre pezones y tangas comestibles.
-También puedo arreglar eso. Sólo recuerda que tienes que aprender la diferencia entre el lubricante K-Y y...
-¡Para ahí! No quiero saber nada acerca de la depravación de tu hermana. Me marcó la historia que contó de cuando encontró la dentadura de alguien en la parte de atrás del cajón de los tangas.
-Eres tan mojigata.
- Amanda y yo. Los únicos bastiones de no lunáticos en una larga línea de locos certificables.
Selena se detuvo en un semáforo para mirarla.
-¿Quieres que te hable del trabajo o no?
-Está bien.- Admitió Jo a regañadientes.- Te escucharé. Por lo menos, puedo saltar del coche y caminar de regreso.
Selena resopló.
-Mis amigos están tratando de conseguir su propio programa de cable.
Jo pronto lamentó su vileza. -Eso en realidad suena prometedor ¿Qué tipo de show?
-La Llamada del Infierno. Las mujeres en la demonología y la posesión.
-Hola, de vuelta a “De ninguna manera haré eso”.
-Está bien.- Selena giró a la izquierda.- Sólo por curiosidad ¿Le has hablado a tus padres acerca del divorcio y el aviso de ejecución hipotecaria?
-Te odio, Selena.
-No, no lo haces. Me amas con la pasión de mil paparazzis detrás de una exclusiva de Emma Stone.
Jo hizo una pedorreta a su prima -Sigue creyéndote esas mentiras.
-No es mentira. Soy psíquica. Lo sé.
Divertida y disgustada, Jo puso los ojos en blanco. Por mucho que odiara admitirlo. Selena estaba en lo cierto. Amaba y adoraba a su charlatana prima más que nada. Lunática y todo.
-¿Cuánto pagan por este trabajo y cuando quieren que empiece?
-Si pudieran encontrar un cámara imperturbable y de confianza, empezarían mañana. Pero todos los que han traído al sitio, han huido gritando en quince minutos, o menos.
Wow, eso era impresionante. Incluso para el grupo de bichos raros de Selena. -¿Es tan difícil trabajar con ellos?
-No. El lugar que están investigando está embrujado. 
Esta vez, Jo se echó a reír. -¿Hablas en serio?
-Lo juro. 
-¿Y dónde están investigando? ¿En la mansión Lalaurie?
Selena negó con la cabeza. –En la Casa de Karma.
Se lo imaginó. En su línea familiar a largo de personajes peculiares y para quienes estaban dispuestos a creer en hadas, abducciones extraterrestres y Santa Claus, Karma Devereaux era la reina Lunática. -Lainie, si pongo los ojos más en blanco probablemente me los trague.
Selena se acercó y juguetonamente le dio una bofetada.
-¡Hey!
-Lo necesitabas. Además, el cinismo no te sienta bien. Necesitamos a alguien que no se asuste al enfocar con la cámara.
-Sí, bueno. Después de haber sobrevivido a una reunión familiar con vosotros, puñado de bribones, soy inmune a casi cualquier cosa. La tía Xilla, no está incluida.
-Bueno. Voy a llamar a todo el mundo y les digo que estén donde Karma a las once de la mañana. ¿Te viene bien?
-Quizás.- Jo estrechó su mirada sobre Selena mientras se detenía en Baskin Robbins.- Todavía no me has dicho cuanto ganaré por este descabellado recorrido por la axila de Hades, también conocido como el sitio de Karma.
-Trescientos cincuenta al día, además de las comidas.
Jo se quedó boquiabierto.- ¿Estás bromeando?
-No. Hemos tenido que ofrecer eso para atraer a alguien a hacer este trabajo. Pero no hemos pagado a nadie más de veinte dólares por permanecer quince minutos, y la mayoría nos ha dicho que nos guardemos nuestro dinero porque tienen miedo de que esté también maldito o embrujado.
Jo se burló de la paranoia. –Qué montón de pensamientos supersticiosos…- Pero eso podría ser algo bueno para ella.- ¿Crees que puedo conseguir cuatrocientos al día?
-¿En este punto? Probablemente. -Selena tomó su teléfono.- Enviaré un mensaje Mama Lisa y lo averiguaré.
-Bien. Consígueme eso y tendrás una fotógrafa sin miedo. Cámara, recadera, conserje… lo que sea.
-¿Estarías dispuesta a pasar la noche allí?
-No -dijo Jo enfáticamente.
Selena levantó la vista del teléfono con una ceja arqueada. -¿No? Pensé que no tenías miedo.
-No tengo miedo a los fantasmas o demonios. Estoy aterrorizada por Karma. Sin ánimo de ofender a la loca de tu hermana.
-Sí, lo es. Sinceramente, a mi también me da miedo.- La sonrisa de Selena se ensanchó.- Mamá Lisa está de acuerdo con el precio. Dijo que si acabas los tres días de filmación, hay un bono de mil dólares para ti.
Jo se quedó de piedra, hasta que regresó la realidad y la abofeteó. De repente aterrorizada, comenzó a buscar en el cielo por encima de ellas.
-¿Qué significa esa mirada? –Preguntó Selena mientras miraba también hacia el cielo.
-Las cosas van muy bien. Deslizó su mirada hacia su prima.- Estoy esperando que un rayo me golpee.
-No seas ridícula. Es un día perfectamente soleado.
-Sí, y el infierno es sólo una bañera de hidromasaje. Te lo estoy diciendo, Lainie, algo muy malo va a suceder. Lo sé.
Porque desde el momento que nació, estaba maldita y nada le había salido bien.
# # #
-Hola ¿Mamá?
Karma Devereaux suspiró profundamente al escuchar la llamada de su hijo desde el pasillo de arriba. Ella salió de su sala de estar para mirar hacia el rellano.- Estoy un poco ocupada, Boo. ¿Qué necesitas?
Igual que ella, solo que con doce años de edad, su hijo se inclinó sobre la balaustrada para mirarla. Sus rizos oscuros formaban una maraña en su cabeza como si hubiera viento. Algo extraño, ya que era un día cálido y con poco viento. ¿Sabes ese jarrón raro-raro y espeluznante con una runa lunar escrita en él? ¿El que me dijiste que nunca tocara?
La sangre abandonó su rostro.- No lo tocaste ¿verdad?
-No. Pero Rug hizo un agujero para escaparse y cuando lo arrinconé en la habitación, en la que se supone que no debo estar, lo vi en el suelo roto. Y juro, por todo lo que es sagrado, que ni yo ni el hámster lo hicimos. Parecía que se había ya roto.
Aterrorizada por su hijo, Karma subió corriendo las escaleras tan rápido como pudo.- ¿Has tocado algo?
E. T. tenía agarrado al hámster entre sus manos. -Sólo Rug.  
-Ponlo en su jaula.- Esperó a que su hijo saliera antes de entrar con cautela en la habitación. El terror la consumía y tan pronto como vio el jarrón roto, supo el por qué. Aquello no se había caído al suelo y roto por accidente.
Algo había hecho que se rompiera.
Y eso explicaba por qué no había tanta actividad en su casa últimamente. ¿Por qué todo el que era nuevo salía gritando por la puerta?
Uno de los seres más mortales y más antiguos del universo se había liberado.  
Con el estómago revuelto, sacó su teléfono del bolsillo y marcó el número que tenía como último recurso.  
Zeke contestó al primer timbrazo. -Control de Plagas de Zeke Jacobson. ¿Qué es lo que hoy se está comiendo tu alma?
-De verdad, no eres nada gracioso  
Hizo caso omiso a tono de burla. -¿Karma? ¿Eres tú?
-Si. Tenemos un problema, amigo, y necesito a la caballería.
-¿Qué has hecho ahora?
-Te juro que no hice esto. Realmente no estoy segura de cómo sucedió, pero… Valac escapó.
-Por favor, dime que lo que me estas contando es que está llamando a la puerta porque quiere salir a jugar. No que él está fuera, fuera, como que ha salido.
-Se ha ido. Zarpado. Largado. Ni siquiera sé cómo se ha desatado.  No tengo ni idea de cuando se marchó.
-¿Fue convocado?
Ella daba con el pie en el jarrón. –Sí.- respiró.- Pero, ¿cómo traspasaron mi protección?
-No tengo ni idea. Pero tuvieron que ser fuertes y terribles por derecho propio. Teniendo en cuenta eso, tengo que llamar a la artillería pesada.
- Tú eres la artillería pesada, Zeke. ¿No es el punto central de un Necrodemian? Matas al gran demonio.
-Sí y no. Hay aproximadamente cien demonios conocidos que están más allá de nuestra capacidad de lucha y muerte. Aquellos que tienen unos orígenes tan poderosos y antiguos que han sido sellados y se supone que es allí donde deben permanecer. Para este nivel de demonio, necesitamos capacidades de devastación nuclear. Sólo uno de los de su clase puede luchar contra él y volverlo a poner de nuevo en la botella sin morir en el proceso.
-Espera. ¿No estarás proponiendo que convoquemos a un demonio más malvado y fuerte para capturarlo?
Zeke estaba a punto de involucrar a Thorn en un lío espantoso. Más que nadie, Karma sabía que era una mala idea. Lo que menos necesitaba Thorn era una tentación. Todos los días, se deslizaba hacia el reino de su padre, ella lo sentía cada vez que hablaban. Pero Zeke tenía razón. ¿Qué otra opción tenían?
-Sí, no llamamos a los Hellchasers a menudo. Son como perros rabiosos y, por lo general, luchamos contra ellos, tan bien como esos crueles. Sin embargo, es la única opción en este caso. A menos que quieras que Valac siga vagando libre y no creo que sea una buena idea. Especialmente tan cerca de Halloween. Sé paciente, voy a estar allí tan pronto como pueda.
Karma colgó el teléfono, mientras examinaba la habitación donde guardaba la vajilla y limpiaba algunas de las reliquias y objetos más aterradores en el ámbito paranormal. Nunca quiso vigilar a Valac, pero cuando su hermana Tiyana murió, heredó su tutela. Tiyana la había hecho prometer que, si algo le pasa a ella, Karma no confiaría su recipiente a nadie más. Por ninguna razón.
Ahora…
Por favor, que éste no sea el peor error de mi vida. 

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