Cuarto capítulo de "Born of Betrayal" (La Liga 9)

sábado, noviembre 15, 2014

“Te necesitamos para hacer esto.”

Fain maldijo a Nykyrian Quiakides – el príncipe real Andarion y grano en el culo – que estaba sentado detrás de un decorado escritorio negro en la pantalla frente a él. “Ryn es el embajador de los Tavali…”

“Cuya madre está a cargo del Wasturnum – la cuarta generación gobernando esa rama - y su amado pequeño hermano es el emperador Caronese. La UTC no lo verá como imparcial, y lo sabes.”

Aun así, Fain argumentó en contra de su puesto para trabajar con Galene. “Yo ahora soy un príncipe Andarion. ¿No hay problemas con eso?”

“No es lo mismo, y lo sabes. No fuiste criado por mi madre y no tienes lealtad real por ella. No estás relacionado en sangre con el trono y no puedes heredar. Al final, sigues siendo uno de los piratas. Les gustan. Desheredados. Repudiados. Un esclavo liberado. Alguien que no tiene ningún privilegio para usar las leyes y tradiciones de una nación conocida. El Universal Consejo Tavali confiará en ti.”

En ese momento, Fain odiaba en serio la UTC.

“¿Qué pasa con Chayden?” Preguntó Nykyrian. “¿No puede hacerlo?”

“Príncipe Qillaq de sangre cuya amada hermana de pura sangre es la próxima reina del imperio Exeterian. Sí… que es un no también.” Nyk se inclinó hacia delante para inmovilizarlo con una mirada intensa. “No tienes lazos políticos reales con ningún trono ni lealtad de sangre a ninguna nación o grupo Tavali. Incluso no tienes tu propia tripulación. El único lazo de sangre es El Sentella y en eso, los Tavali confían. Lo mejor de todo, confiamos en ti. Porque eres un varón Andarion con fuertes lazos militares y patrimonio, los Phrixians te seguirán. No hay nadie más que pueda hacer esto, Fain. Eres el único para hacer esto.”


Maldita y jodidamente impresionante.

La ironía de esto le repugnaba. Las mismas cosas que habían arruinado su vida eran ahora las mismas cosas que lo encerraban en una posición de poder que nunca había reclamado. Mientras que él no era un seguidor, y siempre se había negado rotundamente a ser uno, no era un líder, tampoco.

Ambas posiciones apestaban.

Él sólo quería que lo dejaran solo para vivir lo que quedaba de su miserable vida.

“No puedo trabajar con ella. Ella odia mis tripas, cada una de ellas individualmente.” Fain hizo un gesto a la marca de disparo en su traje de combate. “Ella me disparó, Nyk. A quemarropa. Sin advertencia. ¡En el corazón!”

“Bueno… todos hemos tenido la tentación de dispararte, Fain. Ella tuvo el gusto de hacerlo.”

Se burló del humor inapropiado de Nykyrian. “¿Y la quieres para liderar a tu ejército?”

Nykyrian asintió. “Me han dicho que eres el único que ella odia a ese grado. Todos los demás deben estar a salvo de su objetivo.”

“No eres divertido.”

“Me estoy divirtiendo un poco.”

Fain le gruñó. “Eres un idiota.”

“¿Ese es el peor insulto que me puedes dar? Estás decayendo con tu vejez.”

Fain le mostró sus colmillos. Pero debido a que eran tan viejos amigos, no perturba al bastardo en absoluto. “¿Está ella dispuesta a trabajar conmigo? ¿O tengo que comprar una armadura más gruesa?”

“Me han asegurado que no te disparará de nuevo.”

“¿Qué hay de cortar mi garganta?”

“Nosotros no fuimos tan específicos. ¿Querías que yo elaborara un contrato, con su lista de cualquiera y todas las formas posibles de que pudiera terminar contigo y diciendo que no lo hará?”

“Te odio.” Fain suspiró pesadamente. “Está bien. Iré con ella y los llevaré a Porturnum. Pero si me muero haciendo esto, tengo la intención de perseguirte por toda la eternidad.”

“Bueno. No te echaré de menos, entonces.”

#####

Fain llamó a la puerta del apartamento de Galene. A sólo una cuadra del palacio, era uno de los edificios más bonitos de la bulliciosa metrópolis de Eris – la capital Andarion. El portero había estado un poco nervioso por su llegada, pero desde que Fain había entrado con un guardia real Andarion, había dejado pasar a Fain con nada más que una mueca irritada.

Entonces, ¿porqué diablos estaba llevando tanto tiempo abrir la puerta, de todos modos? Su apartamento no podría ser tan grande.

Ella lo está haciendo estrictamente para tocarte los huevos.

Lo más probable.

Llamó a la puerta de nuevo.

La puerta se abrió para mostrar a su chico en nada más que en una simple toalla blanca. Tenía una pistola en una mano, mientras lo miraba con recelo.

La ira hirvió dentro de Fain ante la vista, especialmente teniendo en cuenta todas las cicatrices en el cuerpo del pequeño bastardo, incluyendo marcas en los hombros que parecían ser las de un hombre desheredado. Pero lo que realmente irritaba su culo era el tatuaje en la garganta del chico que lo marcaba como un delincuente Andarion que había pasado tiempo en una de sus prisiones de máxima seguridad. Teniendo en cuenta todo eso, Galene debió haber hecho favores a tope para mantener al pequeño bastardo en el ejército con el rango de comandante.

Peor aún, ella no había estado mintiendo. Ellos realmente vivían juntos. Y ella debia amar entrañablemente al chico para pasar por alto el grado de sus cicatrices. En su cultura, esas marcas eran consideradas una deformidad, y explicaba por qué un hombre de tan alto rango en la armada Andarion permanecía soltero.

Ninguna mujer, aparte de Galene, sería capaz de mirar a Talyn con cualquier cosa, excepto desprecio y desdén.

Este día se ponía cada vez mejor y mejor.

Fain frunció los labios. “Estoy aquí por la comandante.”

El chico se burló de él. “Deberías haber llamado primero.”

“Me dices lo que suponia.”

“No es ni primera hora de la mañana." Haciendo una mueca al grupo, el chico permitió entrar a Fain al elegante apartamento, pero no a los otros. Él les cerró la puerta en las narices, y se dirigió hacia la cocina, donde tenía un tazón de cereales caliente sobre la encimera. Colocó su blaster junto a él antes de que se sentara en un taburete y volviera a comer.

“Tienes compañía, Comandante.”

Ante sus disgustadas palabras, Galene se inclinó hacia el mostrador para ver a Fain. Vestida con un camisón corto de encaje, ella se quedó boquiabierta y luego cerró la bata y se ató el cinturón. Pero no antes de que una imagen de su ágil y atlético cuerpo y esos exuberantes pechos estuvieran firmemente metidos en su mente. “¿Qué estás haciendo aquí?”

Morir del calentón, al parecer.

Y de rabia no gastada.

Fain apretó los dientes ante la violenta reacción de su traicionero cuerpo. ¡Maldita sea! ¿Por qué no podía estar cerca de ella sin conseguir una erección del infierno?

“Se supone que debo acompañarla a la sede de Porturnum. ¿Recuerda?”

“En una hora.” Gruñó.

“¿Qué puedo decir? No podía esperar a verte de nuevo.”

Ella puso los ojos en blanco ante su sarcasmo.

Su chico se puso de pie y se inclinó sobre el mostrador para colocar su plato en el fregadero. Él encontró su mirada y arqueó una ceja inquisitiva. “¿Quieres que le disparé yo esta vez?”

Ella tuvo el descaro de sonreír. “No me tientes, bribón.” Ella movió su arma lejos de su mano. “Debes terminar de vestirte.”

“Sí, señora.” Se dirigió hacia el pasillo. Por primera vez, Fain se dio cuenta de que tenía una pronunciada cojera al caminar.

“Y no dejes tu toalla húmeda en el suelo otra vez. Cuélgala arriba.”

Sin decir palabra, el chico tiró la toalla fuera de sus caderas y la arrojó hacia ella. Completamente desnudo, solto una petulante sonrisa burlona a Fain antes de que se dirigiera a la parte trasera del apartamento.

Disgustado por su flagrante explicación y la cantidad de cicatrices de la espalda del chico, Fain quería sangre. Tomó todo lo que tenía para no perseguir al gamberro y darle una lección valiosa de modales.

Riéndose del descaro del muchacho, Galene llevó la toalla en lo que debía ser el cuarto de baño. Ella salió para añadir su propia mirada a Fain. “Espero que no te pusieras a malas con él.”

“¿Qué me pusiera malas con él? ¿Hablas en serio?”

“Sí. Me gustaría pensar que eres lo suficientemente mayor para ser sensato.”

“Pero él no, ¿eh?” Fain frunció los labios. “Tal vez deberías dormir con alguien más cerca de tu propia edad.”

Ella no respondió mientras se dirigía hacia el pasillo. “Estaré en un minuto.”

Mordiendo su labio, Fain nunca había estado tan furioso en toda su vida. Era realmente doloroso. Mientras esperaba y contemplaba el asesinato de los dos, caminó en la amplia sala de estar que daba una vista increíble de la ciudad. Algo que habría apreciado más si hubiera estado en un mejor estado de ánimo.

Pero en ese momento, sólo el derramamiento de sangre podría aplacarlo.

Tratando de salir de su mente, barrió su mirada sobre el mobiliario contemporáneo y vio el número de imágenes en el lugar. Más que eso, se dio cuenta de que las fotos eran de su mascota.

Maldito pequeño bastardo…

Se detuvo en una de ella con el chico cuando el chico era mucho más joven…

Mucho más joven. Alrededor de los seis o siete años, y vestido con un traje de lorina color amarillo y negro para una obra de teatro.

Con el ceño fruncido, Fain se acercó más a los marcos que sujetaban el certificado de graduación del chico, y un artículo de una revista deportiva de él. Su ceño pasó a quedar con la boca abierta al ver el nombre del niño en la portada.

Talyn Batur.

Oh queridos dioses, él es su hijo.

¡Mierda! Talyn Batur.

Talyn B-a-t-u-r, el luchador del Anillo del siglo era su único hijo. Su chico era una leyenda Andarion. Ese pequeño bastardo también había derrotado todos los registros que Fain había fijado en el Anillo. Cada uno de ellos. Los registros que nadie había pensado nunca serían golpeados por otro luchador.

Y ese era su hijo. No era de extrañar.

Se frotó el dolor de mandíbula. Con razón lo llamaban el chico del Martillo de Hierro. Él definitivamente golpeaba como uno. Disgustado consigo mismo por cómo se había comportado con ellos, suspiró. Soy un idiota. ¿Cómo podía haber sido tan estúpido como para no darse cuenta de quién era Talyn?

Pero ese pensamiento terminó cuando se dio cuenta de la fecha en el certificado de graduación del chico.

Si eso era correcto…

Con cuidado, miró más de cerca el certificado. Era sólo un certificado parcial, ya que faltaba el linaje paterno de Talyn.

Todos los de la herencia de su padre.

Es más, Batur era el apellido de la familia de ella. Y ahora que veía más de cerca las fotos de Talyn cuando era niño, Fain se dio cuenta de lo mucho que Talyn se parecía a su sobrino Darice. Cuánto se parecía Talyn a Dancer y a él.

Luego su mirada se dirigió al Linaje de Talyn en sus registros. X-12-6. El hijo bastardo de un hombre desheredado. Ese código del Linaje se estrelló contra él como una patada en los huevos.

Ah mierda.

Se puso rígido cuando sintió una presencia detrás de él. Se dio la vuelta y vio a Talyn allí en su traje de combate Andarion. Talyn era de la misma altura y constitución que él. La mirada del chico fue pasando de Fain al certificado antes de que él gritara. “¡Hey, Ma! Papá acaba de descubrir la manera de hacer las matemáticas para calcular mi edad y la fecha de mi concepción. Está teniendo algún tipo de apoplejía. Creo que tienes que venir aquí antes de que se mee en tu suelo. Y si lo hace, yo no lo hice, así que no me grites por ello. Y no lo limpiaré.”

Fain no podía respirar mientras Talyn confirmaba sus temores.

Tengo un hijo.

Un hermoso, fuerte y crecido hijo.

Aturdido, asombrado, y sintiéndose como un idiota total, tocó el moretón que le había dado a Talyn ayer durante su lucha.

Con sus ojos blancos llenos de odio, Talyn retrocedió y lamió la costra en el labio de otro golpe que Fain le había regalado. “No me toques.”

Galene vaciló en el umbral.

Completamente horrorizado, Fain se la quedó mirando. “¿Por qué no me lo dijiste?”

“Lo intenté, y me dijiste que me callara, que tenías noticias mucho más urgentes.”

Fain se estremeció ante el recuerdo de su expresión de dolor de ese día en el vestuario antes de que ella saliera corriendo, sólo para regresar unos minutos después para enfrentarse a él con las mentiras de Merrell.

“¿Eso era lo que viniste a decirme?” Le preguntó.

“Sí. Felicidades, Fain. Eres padre”

¿Y cómo le había dado las gracias por su precioso regalo? Él había permitido que ella creyera que él estaba enamorado de otra mujer. “No me extraña que me empujaras a ese auditorio.” Él negó con la cabeza. “Deberías de habérmelo dicho.”

“¿Por qué? ¿Así estaría obligada a casarme con un hombre enamorado de otra persona? Una humana, no menos. Llámame palurda, pero quería más que eso.”

Fain torció el anillo de su dedo meñique un poco con el pulgar. El destino le había jodido bien otra vez.

No, el destino los había jodido a todos.

“Lo siento mucho, Galene.”

“No es a mí a quien tienes que pedirle disculpas.” Su mirada fue a Talyn.

Sus rasgos eran de piedra.

Fain quería abrazarlo. Era un dolor físico dentro de él tocar a un hijo que nunca había pensado tener, pero era dolorosamente obvio que Talyn quería que muriera en el acto. “Lo siento, Talyn.”

“Hay algunas cosas que un lo siento no arreglan, viejo. Esta es definitivamente una de ellas.”

“Lo sé. Créeme, lo sé.” Con el corazón roto, Fain parpadeó contra las lágrimas que le ahogaron mientras pensaba en todo de lo que fueron privados.

Tengo un hijo…

Un niño que nunca había sido capaz de sostener y calmar. Un hijo que nunca había enseñado a luchar o a protegerse. Uno que no conocía absolutamente de nada. Un amargado y dolorido lamento se le atragantó con fuerza.

Talyn encontró la mirada de su madre. “Os dejare a los dos en la habitación.”

Cuando empezó a irse, Galene le tocó el brazo. “¿Estás bien, cariño?”

“Estoy bien, Mattara.”

Galene hizo una mueca. Eso no era cierto y ella lo sabía. Pero era mejor que lo dejara salir él mismo. Talyn nunca mostraba a nadie sus emociones. Su infancia había sido demasiado brutal para eso.

Sin decir una palabra, su hijo se dirigió a su habitación.

Su corazón martilleaba, mientras observaba como Fain escaneaba las otras fotos de Talyn a lo largo de los años. Su hijo había sido un niño hermoso. Un alumno destacado hasta el extremo. Pero en ese momento, Talyn se había visto obligado a ser tres veces mejor en todo lo que hizo para ser visto como la mitad de bueno que los demás.

Fain la miró a los ojos de nuevo. “No sé lo que me molesta más. El número de veces que gané dinero con las victorias de Talyn, o las veces que perdí dinero apostando que alguien le destripara en el Anillo.”

“Ni siquiera me hables de eso, Fain. O te mataré dónde estás parado. No tienes ni idea de lo mucho que odiaba que peleara por un prestigio que debería haber sido suyo de nacimiento. Cuántas veces he paseado en la sala de espera, rezando para que viviera a través de las heridas que había sufrido porque no tenía futuro sin luchar. E incluso entonces, nunca le dieron su cuota, porque nunca tuvo un linaje completo con Derechos que lo respaldaran.” Ella apretó los dientes y lo miró. “Maldito seas por eso.”

Fain se atragantó con el dolor dentro de su corazón. Cuando era joven, negoció su propia vida y su futuro para salvar a Dancer. En su lugar, la acción "noble" le había costado a su hijo el suyo.

El futuro de Galene y de Talyn no había sido parte del trato que había hecho con Chrisen y Merrell Anatole. Nada había resultado de la manera que debería haber sido.

Y nunca se odió tanto a sí mismo.

“Me imagino lo que has pasado.”

“No, Fain. No puedes. En realidad no. Siempre has sido tan popular. Todo el mundo te amaba y te adoraba. Adoraban la tierra que el poderoso War Hauk pisaba… Nuestro hijo nunca lo ha conocido. Ningún decente y digno Andarion habla con él. En absoluto. A pesar de que es un oficial, no se le permite ducharse en la misma zona de los cuarteles como cualquier soldado con Derechos. La única mujer que tendrá algo que ver con él es una compañera pagada él y que ha establecido en su apartamento, al otro lado de la ciudad. Tuve que enviarle a la escuela con Hyshians porque nuestra carrera no le permitiría asistir a una escuela Andarion con un linaje roto. Cada puerta que alcanzaba era brutalmente cerrada, no en su rostro, pero si en sus pequeñas manos.”

Él hizo una mueca en respuesta, y bien que debería.

“A los Hyshian y a los niños humanos no se les permitía jugar con él porque era Andarion. Y a los niños Andarion no se les permitía hablar con él porque era un bastardo de un padre paria. ¿Sabes, que fue incluso demasiado humillante para él decirme que por fin había sido derribado y que pagó para tener una amante? Había sido fríamente abatido por su propio comandante – que te odiaba – y que casi lo mata, yo nunca he sabido de todo lo que ha pasado en su vida.” Ella sacudió la barbilla hacia sus premios y artículos. “A pesar de que ha sido y es el boxeador más famoso de la historia del Anillo, su agente aún se negaba a permitirle a Talyn tener un contrato completo con ella. Tuvo que hacer más peleas para comprar una parte o perderla por un hombre con Derechos totales. Y nunca quieras saber lo que costaba dicho contrato. Todavía perturba mi mente y me llena de furia.”

Fain apretó los dientes. Cada amante Andarion y agente que él había oído hablar, o conocer, habrían vendido sus almas para hacer un pacto de por vida con un oficial del ejército. Especialmente uno que ocupaba el segundo rango más alto en su armada, y no tenía cincuenta años. Por no mencionar el hecho de que, como había dicho Galene, Talyn Batur era un entretenido campeón intergaláctico conocido por todos los mundos que seguían el deporte de Anillo Andarion.

Se enfermó al pensar en lo que su hijo había pasado por culpa de él.

“Si hubiera tenido la menor idea, Stormy, yo habría abierto el infierno para manteneros a los dos.”

Ella dejó escapar un suspiro de cansancio. “No importa ahora, ¿verdad? No podemos volver atrás. Y los dos tuvimos la culpa de arruinar la vida de nuestro hijo.”

“No sé.” Hizo un gesto a los trofeos y premios en los estantes y la pared. “Parece que has hecho un trabajo increíble con él.”

Galene miró hacia otro lado. Lágrimas llenaron sus ojos mientras trataba de no recordar el pasado. “Todos los días, me pregunto si yo podría haber hecho más. Si yo debería haber hecho más.”

Fain le dio una dura y severa mirada. “Eres mejor madre que la que he tenido. Al menos lo amabas. Lo protegiste. No lo expulsaste de tu casa e hiciste de él un paria que no podía poner un pie en ningún territorio Andarion sin una sentencia de muerte que colgara sobre su cabeza.”

Tragó saliva ante esas palabras. Es curioso, nunca había pensado en Fain de esa manera. Durante todos estos años, había sido el blanco de su odio. Ella nunca había considerado lo difícil que había sido para él estar solo, sin linaje.

Sobre todo porque ella no le había importado. Había querido su vida para ser vivida en la miseria total. Quería que pagara brutalmente por dejarla.

Por dejar a Talyn, y le dañara cuando era bebé.

Ahora que ella sabía que lo tuvo, no la hacía sentir mejor como ella había pensado que lo haría.

Eso, también, la entristecía.

“Después de haber cuidado a Talyn, nunca entenderé cómo mis padres me lo hicieron y de la manera que lo hicieron. O lo que los tuyos te hicieron. No hay manera de que alguna vez le pudiera hacer daño. No intencionalmente.”

“Como ya he dicho, eres una madre mucho mejor que ninguna que yo conozca. Tuvo suerte de tenerte. La única cosa que a él le faltó era un padre, y por eso estoy increíblemente apenado.”

“¿Comandante?”

Ambos se volvieron cuando Talyn se reunió con ellos.

Le entregó un enlace a su madre. “Ha habido otro ataque.”

Sin inmutarse, ella tomó el enlace y salió de la habitación para contestar a la llamada.

Incómodo silencio llenó el aire entre ellos mientras Talyn le echó una mirada que hacía un agujero a través de él.

¿Qué le diría alguien a un niño crecido que nunca habían conocido?

De repente, Fain tenía un nuevo respeto por Nykyrian que había estado frente a esto cuando su ex le había entregado a Thia, sin avisar.

Incómodo, se aclaró la garganta. “¿Tu madre me dijo que tienes una mujer?”

Talyn siguió mirándolo, sin hacer ningún comentario.

“¿Tiene nombre?”

Un minuto completo y muy lento pasó antes de responder. “Felicia.”

“Es un nombre hermoso.”

Y todavía le fulminaba con la mirada. Maldita sea. Olvídate de las habilidades marciales de Talyn. Esa mirada podría congelar la sangre.

“¿Cuánto tiempo lleváis los dos… ”

“No hablo sobre mi vida personal.”

Fain asintió al recordar la lectura en algunos artículos diferentes, a lo largo de los años. Era algo que los medios de comunicación habían golpeado de Talyn. El Martillo de Hierro no mostraba su rostro en el Anillo, o fuera de el. Tampoco hablaba de cualquier cosa, que no fueran sus partidos. La mayor parte de los medios habían dicho de él que le gustaba la escalada y acampar los fines de semana. Y eso era si alguna vez podría conseguir una entrevista con él en absoluto.

“¿Hay algo que pueda decirte para acabar por lo menos en términos amistosos?”

“Que te estás muriendo de una enfermedad dolorosa y terminal y sólo tienes unas pocas horas de vida podría funcionar.”

Fain dejó escapar un cansado 'je' con eso. “¿No tienes al menos curiosidad por mí?”

Talyn resopló. “En realidad no.”

“¿No tienes ninguna pregunta en absoluto?”

“Él nunca ha pedido alguna pregunta sobre tu familia y tú.” Dijo Galene mientras se reunía con ellos. “Ni siquiera tu nombre.”

Fain no sabía por qué, pero le dolió más que nada. “Ya veo. Mantendremos una relación estrictamente militar, entonces. Yo me quedaré fuera de vuestro camino, y me puedes contactar siempre que me necesites para transmitir órdenes a los Phrixians. Con Darling Cruel – el emperador Caronese – puedes tratar con él directamente. No tiene ningún problema en recibir órdenes de una mujer, porque Jayne le ha dado órdenes por años, y lo domó cuando él era joven. Si necesitas ponerte en contacto con uno de sus comandantes, puedes escribirme y enviaré tus pedidos. La mayoría de los Tavali no deberían tener ningún problema contigo. Si ellos te dan algún problema, remíteme sus nombres y te diré a quién llamar. Puedes tratar fácilmente con sus cuatro comandantes principales, y si te ayuda, Ryn Cruel – el hermano mayor de Darling – es el hijo de Hermione Dane. Ella es la líder de la Wasternum, y ella se sienta en la cabecera de la UTC.”

Galene arqueó una ceja. “¿UTC?”

“El Universal Consejo Tavali. Ella contesta por Kirren y necesitarás este nombre para llegar a ella. Es su distintivo de llamada reservada sólo para los más cercanos a ella. Todos los Tavali operan de esa manera. Es la manera para mantener a los forasteros y a los espías sin conocer nada de nosotros.”

Talyn estrechó su mirada en él. “¿Qué nombre utilizas? ¿Desleal? "

Fain dejó pasar el insulto. “No. Soy lo que se llama un solitario.”

“¿Y qué es eso?”

Volvió la mirada de Talyn con una mirada igual de fría. “Alguien sin familia o sin lealtad a alguna tierra. Lo que los Andarions cariñosamente llaman un paria, sólo los Tavali no tratan de matarnos al vernos. Ellos sólo nos utilizan cuando necesitan carne de cañón o señuelos.”

Galene desvió la mirada cuando captó el dolor que brilló en los ojos de Fain. A ella no debería importarle. En absoluto. Y sin embargo, lo hacía.

Porque solía amarlo.

Tal vez. Y tal vez era porque Talyn le favorecía tanto que el amor por su hijo le hacía más comprensiva con el hombre con el que se asemejaba.

Sí, ella dejaría eso, por ahora.

Fain dio unos golpecitos en la oreja. “¿Sí?” Dijo a quien estaba llamando. Esperó unos segundos antes de volver a hablar. “Estaremos allí.” Él la miró a los ojos. “Tu guardia está a bordo y esperando con mi equipo. Si los dos están listos, podemos ir.”

A medida que se dirigió a la puerta, Talyn se tocó la oreja. “Hey, ¿es algo malo?” Puso su dedo contra el enlace y frunció el ceño mientras escuchaba atentamente. Él los sacó al pasillo. “¿Me necesitas para llamar por ti?”

Fain duplicó el ceño fruncido de Talyn de manera inquietantemente similar. “¿Está bien?”

Galene asintió mientras se dirigían a los ascensores. “Está hablando con Felicia.”

“¿Cómo lo sabes?”

“La preocupación en su voz cálida y la cantidad de concentración que le está dando a la persona que llama. La dulzura de su tono. Él sólo habla con ella de esa manera.” Ella los llevó al ascensor.

Talyn miró la hora.

Fain fue sorprendido por el cambio en el comportamiento de Talyn mientras hablaba con su Felicia. Todo sobre Talyn era diferente. Por primera vez, parecía vulnerable.

“Cariño, escucha, si me necesitas, no me importa. Todavía tengo tiempo antes de que estemos en la bahía.” Talyn ignoró por completo a todos los demás mientras los seguía hasta el ascensor. “Sí, está bien. Pero si te contestan de mala manera, cualquier cosa, hazmelo saber y trataré con ellos. Lo digo en serio. Nadie te puede ignorar de esa manera. De ninguna manera. Reventaré su culo totalmente por eso.”

Sus rasgos se suavizaron y cerró los ojos como si estuviera saboreando lo que ella le decía. “Sí, yo también. Lo comprobaré en cuanto pueda. Manténte a salvo.” Él bajó la mano y se volvió al instante serio de nuevo.

“¿Está todo bien?” Preguntó Galene.

Talyn asintió militarmente cortante antes de que él contestara. “Los monitores de la piscina se apagaron y la nueva empresa que contraté estuvieron acosando a Lish porque su nombre no aparece en la cuenta. Ella sólo quería asegurarse de que estaba bien que se adjuntara en él.” Un tic feroz comenzó en su mandíbula.

Rígido y enojado, Talyn salió del ascensor hacia sus transportes como si quisiera cometer un asesinato.

Fain sacó a Galene a un lado del vestíbulo mientras los otros seguían a Talyn. “¿Por qué está tan enfadado por una empresa de la piscina?”

Ella le dio una mirada seca. “¿Por qué crees, Fain? Él no puede prometerle legalmente matrimonio a la mujer que ama. Así que, quién es el miembro de mayor rango segunda más alta de los militares Andarion, se ve obligado a estar sujeto a las restricciones del toque de queda y los cuarteles. La única manera de mantenerlo fuera de un cuartel es si vive con el comandante que sirve… con su propia madre. Mientras tanto, la compañera está contratando para cuidar su casa con las empresas que no quieren hacer frente a ninguno de ellos, porque ninguno de ellos tienen Derechos totales y su contrato no es a través de una agencia tradicional.” Ella apenas susurró las siguientes palabras a él. “Más bien es una que podría conseguir que los dos queden detenidos si alguien alguna vez los investiga plenamente.”

“¿Por qué no salir de los militares, entonces?”

“¿Y qué? Él es el hijo bastardo de un War Hauk desheredado. ¿Quién lo habría contratado o tratado con él en el sector privado? Él no tiene todos los Derechos, Fain. Las escuelas de lucha ni siquiera permitirán que él, el Martillo de Hierro, formara a otros combatientes.”

“Entonces permíteme adoptarlo. Como su padre, puedo darle una protección total de la casa real. Él sería un eton Anatole y un Winged Batur entonces, y nadie se atrevería a mirarlo a los ojos, ni decir nada cruel de él.”

“Con mucho gusto lo permitiría. Pero no depende de mí, ¿sabes? Y no desharás toda la humillación que le hicieron pasar desde su nacimiento. Tú creciste con dos de las líneas de sangre más prestigiosas de todo Andaria fluyendo por tus venas. Andarions gravitaban a tu alrededor en la escuela. Todo el mundo quería ser tu amigo.”

Ella sacudió la barbilla hacia Talyn que les esperaba en la acera. “Con mi linaje y la tuya en sus venas, debería haber tenido un linaje más alto que incluso el tuyo. En cambio, fue escupido y burlado. Denegado y degradado por los que no estaban en la misma altura para hablar directamente con él. No es a mí a la que necesitas convencer, Fain. Es a él.”

Fain apretó los dientes cuando Galene lo dejó para unirse a su hijo. Ella estaba en lo cierto. Podía ver la forma en que los otros Andarions miraban a Talyn. A pesar de que él era un campeón con título y su comandante, aun así le mostraban su engreído desprecio. Algo que nunca se atreverían a hacerle a un War Hauk.

Eso era lo que hizo a Talyn tan severo y reservado alrededor de todo el mundo. Por qué él no mostraba emoción alguna.

“¿Estás bien?”

Fain asintió mientras Dancer se reunía con él. Luego sacudió la cabeza. “No me puedo creer que jodiera a mi propio hijo.”

“No lo sabías.”

“No cambia nada, ¿sabes?”

Dancer suspiró. “Lo siento, Fain.”

Él también. “¿Puedes hacerme un favor, hermanito?”

“Cualquier cosa.”

“Averigua quién es esa Felicia de quien está él comprometido.” Tal vez ella le podría dar algún entendimiento sobre Talyn. La única cosa que había aprendido con los años es que la debilidad de cualquier varón era siempre la mujer que amaba. Talyn le podía odiar, pero la escucharía a ella.

Si Fain podría conquistarla, él podría ser capaz de empezar a construir una relación con Talyn. Por lo menos, valía la pena intentarlo.

“¿Tienes su nombre completo?” Preguntó Dancer.

“No. Ella está viviendo en el apartamento de Talyn. Eso es todo lo que sé acerca de ella.”

"Oh, bueno, por supuesto, haz que sea fácil para mí, ¿por qué no?”

Le dio a su hermano una sonrisa irritada. “Si hubiera sabido más de ella, no te estaría pidiendo información. Lo encontraría yo mismo.”

Dancer le enseñó los colmillos. “Realmente apestas como hermano.”

“Sí, bueno, debes lidiar con el mío. Es un idiota estelar.”

Poniendo los ojos en blanco, Dancer dejó a Fain y se metió en el transbordador detrás de Talyn que estaba sentado al lado de su madre.

Fain se sentó frente a ellos.

Mientras despegaban, vio la manera que Talyn comprobaba su enlace y reprimía una sonrisa mientras él secretamente enviaba un mensaje a su mujer.

Sí, su hijo la amaba. Muchísimo. Ella era su corazón.

Y tristemente, tanto Galene como Talyn, los dos seres que más le odiaban, fueron el suyo.

Mientras que había lamentado mucho en su vida, no había nada que lamentara más que haberse alejado de ellos. Pero no había tenido otra opción. Si se hubiera quedado, Dancer habría sido asesinado.

Su hermano todavía tenía esas cicatrices que básicamente habían sido forzadas por la mano de Fain.

Ahora…

Haría lo correcto. No tenía idea de cómo, pero iba a encontrar una manera de salvarlos a todos.

Incluso si lo mataban. 


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Traducción: Nereka, Staff Fans Sherrilyn Kenyon Spain

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