Primer capítulo de "Born of Betrayal" (La Liga 9)

jueves, noviembre 13, 2014

Era la guerra total.

La Primera Comandante Galene Batur se quedó mirando el informe del ataque de La Liga en un puesto de avanzada Andarion, donde casi dos centenares de civiles habían sido masacrados sin piedad.

¿Y para qué?

¿Vanidad humana? Cómo odiaba a sus especies inferiores. Los seres humanos nunca habían traído otra cosa que la miseria absoluta. Ahora habían traído, toda una nueva y sangrienta guerra que costaría la vida de innumerables Andarions. Costó la vida de sus fieles soldados que se vieron obligados a proteger a sus repugnantes especies…

Cómo deseaba poder bombardear a toda la raza humana hacia el olvido.

-¿Comandante?
Ella miró por encima del hombro a la llamada de su teniente comandante. Vestido con el uniforme standard de comando Andarion rojo y negro, Talyn no era sólo su segundo al mando y ayudante, era el único varón en el que había confiado tener a su espalda.

Con veintinueve años, ella le llegaba a los hombros, como la mayoría de los demás. Musculoso e increíblemente guapo, llevaba recogido el largo y negro pelo en pequeñas trenzas al puro estilo de guerrero Andarion, que mantenía apartadas del rostro por una banda roja. Su única queja con él era el bigote y la perilla bien recortada que había empezado a llevar últimamente. Era una tendencia de la moda actual que no le importaba para nada. Pero él pensó que le daba un aspecto más masculino y sexy.


Como si necesitara ayuda en cualquiera de esos departamentos.

Sin embargo, su presencia hizo que su corazón se ablandara. Se aferró a todo lo que tenía para no extender la mano y colocarla en su amada mejilla. Pero él no aprobaría tal afecto en público delante del resto de sus tropas.

Su Talyn siempre era formal y correcto. Siempre circunspecto.

-¿Sí?

-Tengo un mensaje urgente para ti de la casa real. –Saludó Talyn. 

Galene se obligó a no hacer una mueca. Debe ser la reina que desea información sobre el ataque y que aún tenía que recabar. 

Suspiró porque no tenía más informes que ofrecer. Se dirigió hacia la línea segura y se colocó el enlace en su oído antes de abrir el canal.

En lugar de Tadara Cairistiona Eton Anatole, fue Tahrs Nykyrian quien apareció en su monitor. A diferencia de su hermano gemelo, que había sido retirado de la sucesión, Nykyrian parecía humano con su cabello rubio casi blanco y ojos verdes. La única parte de él que traicionaba sus raíces Andarion, eran sus colmillos. . . junto con su altura y destreza militar. Mientras que ella no podía apreciar su mitad humana, respetaba profundamente su ejemplar historial en la guerra y sus habilidades en la batalla.

Le hizo una breve reverencia. 

-Su alteza ¿A qué debo este honor?

-Sé que estás ocupada, Comandante, y odio tener que desviar tu atención de nuestras tropas incluso un segundo, pero tengo asuntos serios que discutir contigo. La Alianza ha decidido que necesitamos un líder militar en el que podemos confiar para supervisar nuestras fuerzas conjuntas y ejércitos mientras luchamos contra La Liga. Tu nombre fue el primero que vino a nuestras mentes, y todos estamos de acuerdo. Nos gustaría ofrecerte ese cargo.

Aturdida, lo miró, sorprendida por la oferta.

-Me siento honrada, Alteza.

-Si necesitas tiempo para pensarlo…

¿Hablaba en serio? ¿Quién en su sano juicio podría rechazarlo? Esta era la cita de ensueño por la que cualquiera mataría por tener. Una oportunidad que se da una vez en la vida.
Galene lideraría al único y mayor movimiento militar en toda la historia de su Sistema Unido de Planetas.

-No, Alteza. Me encantaría liderar a las fuerzas de la Alianza. Sólo tengo una preocupación. Sé que parte de nuestras fuerzas son Phrixian y Caronese. Tropas misóginas y ejércitos que se resisten fuertemente a recibir órdenes de una comandante femenina. 

-Se le asignará un ayudante masculino para manejarlos… un comandante Tavali muy respetado. De la misma manera, usted será la responsable de tratar con la Qillaq directamente ya que van a recibir órdenes de un hombre.

Eso era cierto.

Era raro que cualquier ejército estuviera integrado por ambos sexos como el Andarion. No importaba que fuese hombre o mujer, solo importaba la competencia y la habilidad letal.

-¿Cuándo le gustaría que empezara? –Preguntó.

-Inmediatamente. Ahora mismo los Tavali van de camino hacia ti. Con un transporte y tu nuevo ayudante. Ambos volareis a su base situada más al norte, donde la Liga ha estado atacando con fuerza. Todo lo que necesitamos es que nombres a tu sucesor para la armada Andarion, hasta que la guerra haya terminado.

Galene hizo un gesto hacia Talyn. –Veremos que se haga. 

Nykyrian inclinó la cabeza hacia ella. -Bienvenida a bordo, Comandante. Que los dioses os sonrían. Siempre.

-Gracias, Su Alteza. Lo prometo. Hare que Andaria, su madre y usted se sientan orgullosos. 

-Sé que lo harás. -Cortó la transmisión.

Galene se quedó mirando la pantalla en blanco mientras consideraba esto último giro del destino.
Wow. Ella, la hija que sus padres habían arrojado cruelmente fuera de su casa cuando apenas era una niña, iba a liderar sus fuerzas combinadas en la guerra contra La Liga. Si ganaban, sería eternamente famosa.

Si perdían, sería ejecutada por traición.

Un infierno de apuesta. Ya que, como primer comandante de la armada Andarion,  moriría si perdían, de todos modos. Al menos como su líder militar, estaría todo en sus manos y, si fracasaban,  solo ella tendría la culpa. 

Emocionada y un poco asustada, se volvió hacia Talyn.

Sus hermosos ojos blancos brillaban con cariñoso orgullo. -Felicidades, Comandante.

Ella le sonrió. –Te nombraré el nuevo primer comandante de la armada.

Él negó con la cabeza. -Iré contigo a lo de Tavali.

-No… tu perteneces aquí.

-Pertenezco a tu espalda, Comandante. Protegerte. Siempre.

-Talyn…

-Mamá- enfatizó la palabra, haciendo que ella se diera cuenta que había dejado caer, por primera vez,  su estricto comportamiento militar, al usar su nombre de pila.

-No voy a quedarme aquí mientras interactúas con otros que podrían traicionarte. Necesitarás personal de apoyo que sea leal a ti y por encima de todo reproche. Ahora más que nunca. Si piensas por un momento que voy a quedarme atrás mientras arriesgas tu vida por todos nosotros, no me conoces en absoluto. -Su mirada ardió en los ojos de ella.- Tu vas. Yo voy.
Quería golpearlo. Pero, ¿cómo podría? –Siempre eres mi orgullo. 

-Y tú eres siempre mi querida madre.
Sonriendo, ella tiró de su cabeza hacia abajo para que pudiera presionar su mejilla a la suya. -Te amo, mi tana.

-También te amo.

Ella empuñó su mano en su cabello. -Debería ordenarte que te quedaras. 

-Sólo si deseas verme en un consejo de guerra.

Ella tiró de su cabello. -No me tientes, bribón.- Soltándolo, se alejó con el ceño fruncido.

-Llama al Comandante Ilkin. Podemos ascenderle.

-Sí, señora. Y reuniré personalmente un destacamento de seguridad Andarion para ti. 

Galene puso los ojos en blanco por su paranoia; como si ella no pudiera protegerse a sí misma. Lo discutiría con él, pero era mucho más terco que ella cuando se trataba de ese tipo de cosas. Años de lucha contra su acero le habían enseñado eso.

-Mira para abajo rápidamente."

Él la saludó. -Sí, señora.

Su corazón estaba henchido de amor y orgullo, Galene lo vio salir para llevar a cabo sus órdenes. En todo el universo, él era la única familia que tenía. La única familia que ella necesitaba.

Deberías haber sido un cirujano, Talyn. Era en lo que había insistido con él desde la cuna. Pero su siempre desafiante hijo se había negado, y la siguió en el ejército tan pronto como se graduó de la escuela primaria.

Pequeño y perverso mocoso. Obstinado y cabezota…

Al igual que su padre.

Nadie podía decirle lo que debía hacer. Los dioses sabían que ella lo había intentado. Muchas veces.
Ahora él la seguiría a la guerra. Fue lo último que ella había querido para él. Pero no había manera de mantenerlo fuera de ella. Había llegado el momento para todos ellos de elegir un bando.

Al menos de esta manera puedo mantener un ojo sobre él.

Y ella destrozaría a cualquier persona que amenazara a su bebé.

Suspirando, Galene se tomó un momento para mirar alrededor del centro de comando Andarion que había sido su hogar desde que Cairistiona había derrocado a su madre y asumió el trono. Talyn había estado aquí, a su lado, casi todo el tiempo que había liderado a su armada. Sería raro adaptarse a un nuevo ejército. Una nueva forma de hacer las cosas.

Pero ella se adaptaba. 

Bueno, no realmente. Odiaba el cambio apasionadamente. Pero le gustaba mentirse a sí misma por su flexibilidad inflexible.

Aun así, un nuevo capítulo estaba a punto de comenzar, tanto para ella como para Talyn. Ella no sabía lo que les esperaba, pero no podía esperar para ver a dónde la llevaba.

El buen viento sopla todas las cosas malas.

Un escalofrío le recorrió la espalda al recordar viejo dicho de su padre. Ella sólo rezaba para que esta vez, estuviera equivocado.

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TraducciónEmma Gigan
FuenteOficial Sherrilyn Kenyon

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