Nuevo extracto de "Born Of Defiance" (#LaLiga 8)

lunes, enero 26, 2015


-¿Y qué pasa contigo? –preguntó Galene, enfadada-. Eres mi hijo, Talyn. Pero ahora mismo… Me está costando no dispararte ahora mismo.
Soltando a Felicia, Talyn se puso blanco.
-¿Por qué? ¿Qué he hecho?
Ella le entregó el enlace.
-Estoy en el círculo mediático. Ferrick acaba de publicar que has aceptado un duelo de sangre con Mortician, Creaviudas, Desalmado y Matadero. ¿Qué demonios pasa? ¿Por qué harías algo tan estúpido? ¿Has perdido la cabeza?
Él rechinó los dientes antes de contestar.
-Me redujeron la paga y el rango.
Negando con la cabeza, se acercó a él.
-¡Te lo prohíbo! ¿Me oyes? Son cuatro de los asesinos más despiadados del negocio. Hacen que Pena de Muerte parezca un estudiante malhumorado. Todos ellos se enorgullecen de matar a cualquiera lo suficientemente estúpido como para atreverse a entrar al Anillo y enfrentarse a ellos. Siempre has rechazado sus invitaciones. ¿Por qué aceptar ahora? ¡Y para un duelo de sangre, nada menos! –se volvió para mirar a Felicia-. ¡Habla con él! ¡Dile que no!
Felicia tragó saliva al encontrarse con la mirada taciturna de Talyn.
-¿Qué es un duelo de sangre? ¿Es diferente de uno normal?
-Oh, sí –dijo Galene sin aliento-. Los duelos de sangre se llevan a cabo con espadas de guerra.


Durante un momento, Felicia no pudo respirar mientras esas palabras le llegaban como una bofetada. Talyn se había olvidado de mencionar un detalle extremadamente importante de su discusión. Nunca le había dicho que iba a luchar a muerte… ¡con espadas! Era bueno que él pesara unas diez veces más que ella. De lo contrario, empezaría un duelo de sangre.
Aquí y ahora.
Mareada por el miedo, le miró.
-¿Por qué ellos? ¿Y así?
Él miro a su madre antes de contestar.
-Cuanto más sangrienta sea la batalla, mayores los beneficios. Necesitamos llenar el Anillo. Es lo que le dije a Ferrick que hiciera. Los escogí yo mismo como mis rivales.
Felicia sintió que se le revolvía el estómago.
-Estoy con tu madre. No quiero que te enfrentes a nadie con esos nombres. Y definitivamente no con espadas de guerra. ¿Estás loco?
-No tengo elección –dijo mirándolas a ella y a su madre-. Ni siquiera puedo entrar en una promoción durante tres años enteros. Entrar en el Anillo con ellos no es tan peligroso como lo que hago cada vez que informo de publicaciones. Especialmente ahora –Se golpeó las marcas de los hombros que le marcaban como un marginado-. Mientras lleve estas marcas, cualquier Andarion que las vea está obligado por honor a atacarme. Por lo menos en el Anillo me pagan. Y ahí puedo defenderme legalmente.
Galene negó la cabeza en desacuerdo.
-Tylie prometió que te llevaría al palacio, de nuevo. Y no a mí. Le hizo la promesa a su hermana, que quiere que estés bajo mis órdenes.
-Y Tylie no es reina –gruñó él-. No dirige el ejército. Nunca ha llevado uniforme. Y no empieces con la princesa Cairistiona. Soy un luchador, mamá. Es todo lo que sé hacer. La misma tadara redujo mi rango. ¿Piensas por un minuto que esa zorra va a dejar que me acerque a su guardia personal y cerca de los miembros de su familia que quiero ver con la garganta cortada? Desafortunadamente, Eriadne no es tan estúpida.
Gruñendo, Galene le enseñó las garras.
-Te tiraría barro si tuviera algo.
Furiosa, les dejó, maldiciéndole a él y a su padre en voz baja mientras se dirigía a la habitación de invitados en la parte de atrás.
Talyn miró a Felicia, que tenía el ceño fruncido.
-Necesita calmarse. No puedo hablar con ella cuando está así. Es completamente irracional. Con la suerte que tengo, me disparará solo para mantenerme alejado del Anillo.
-Quizás debería. Los dioses saben que la idea me tienta.
-Ya hablamos de esto, Licia.
-No. Tú hablaste de pelear. No… -ella apuntó hacia su madre-. Ir a un duelo a muerte con Andarions y blandiendo espadas de guerra.
-Por eso llaman al Anillo La Cúpula Salpicada y no la Tierra de los Conejitos Rosas y Blanditos –se mordió el labio antes de volver a hablar-. ¿Qué quieres que haga, Felicia? ¿Qué haga cumpla mi deber haciendo guardia en la habitación de Anatole y mire mientras te viola? Porque te prometo que eso es lo que planea hacer.
Ella intentó tocarle, pero él se apartó.
-No puedo hacerlo, Talyn. No puedo arriesgar tu vida por mi libertad. Dios mío, ¿y si algo te pasara en una de esas peleas?
Él se volvió para mirarla con ojos abrasadores.
-Prefiero morir antes que dejar que ese animal te ponga la mano encima. Tarde o temprano, la muerte nos llega a todos. Nadie puede pararla. Pero no voy a irme callado a la tumba. Sea mañana o dentro de cien años, me iré con sangre en los puños. Peleando por cada paso hacia la eternidad.
Queriendo matarle ella misma, le bajó la cabeza suavemente para poder juntar su frente con la suya.
-Tengo tantas ganas de pegarte que casi puedo saborearlas. ¡Eres muy frustrante!
-Y me quieres por eso.
Ella le mordió la barbilla.
Siseando, él se apartó.
-¡Ay!
-Tienes suerte de que sea todo lo que puedo hacerte. Porque ahora mismo, lo que quiero de verdad es darte con un remo en el culo como una sacerdotisa enfadada que te ha pillado robando del cepillo de la iglesia.
-Ahora solo quieres ponerme cachondo…
Como había hecho su madre, Felicia le enseñó las uñas-
-Ni se te ocurra intentar convertir esto en algo sexual. Hoy duermes en otra habitación.
-Felicia…
-Lo digo en serio, Talyn. Estoy tan enfadada contigo que no confío en mi misma como para estar en la misma cama que tú ahora mismo, mientras estás indefenso.
Apareció un tic en su barbilla. Estaba muy lejos de estar indefenso. Por lo menos de otro que no fuera Felicia.

-Bien –espetó él, dirigiéndose a la habitación. Cogió su almohada de la cama-. Dormir solo. Soy un niño grande. Puedo soportarlo. Los dioses saben que he podido con cosas peores.

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