Nuevo Extracto de Born Of Defiance (#LaLiga 8)

martes, marzo 24, 2015

Con una mueca, Talyn se levantó de la cama. Acababan de darle el alta del hospital esa mañana y aún sentía tanto dolor como para querer matar a los tahrs él mismo. Por no hablar de lo que quería hacerles a Chrisen y Merrell. Vendería su alma para poder tener cinco minutos a solas con ellos. Aunque a ellos no les gustaría, él lo pasaría más que bien. Sintió como el dolor le atravesaba al pensar en Berra y Farina. Otras dos inocentes más que habían perdido su vida por la crueldad que mostraban.

La venganza estaba cerca…

Y pretendía hacérsela tragar a ambos.

-¿Cómo te encuentras?

Miró a la puerta para ver a Lorens dubitativa. La rabia se apoderó de él al verla. No estaba seguro de por qué Lorens no le había delatado por su informe sobre Chrisen. El momento había sido extremadamente sospechoso y oportuno.

-Bien. Las he tenido peores en el colegio… de chicas Hyshian.

Al menos eso era verdad. Externamente.

Lorens entró y señaló hacia la silla acolchada del rincón.

-¿Te importa que me quede un rato?

Él le frunció el ceño.


-¿Dónde está Felicia?

-Le pedí que nos diera un poco de tiempo. Hay algo de lo que quería hablar contigo en privado.

Cada instinto de su cuerpo se puso alerta.

-¿Sobre qué?

-Sobre lo que estás pasando.

Talyn hizo una mueca de desagrado con el labio. No tenía ninguna intención de hablar de es con nadie. Y menos con su comandante y hermano de su mujer, y alguien que sospechaba que le estaba traicionando.

-Ya he firmado la confidencialidad, Comandante. Soy muy consciente de que si hablo de algo que me haya pasado me condenarían a muerte por ello.

Y no quería pensar en lo que haría con su madre y Felicia.

-No es por lo que estoy aquí.

Talyn arqueó una ceja.

-Bueno, lo es, pero no lo es.

-No lo entiendo.

Lorens movió la silla hasta que estuvo tan cerca que podía susurrarle. Pero antes, se cercioró de que no había nadie en la habitación.

Talyn arqueó una ceja al verlo.

-¿Qué estás haciendo?

-No fui yo quien le habló a Anatoles de tu informe, Talyn. Fui un estúpide y le confié esa información al primer comandante, y le pedí consejo sobre la mejor forma de proceder. Ese fue mi estúpido e ingenuo error, y disculparme jamás será suficiente. Los dioses saben que nunca quise que te pasara esto –Lorens rechinó los dientes antes de seguir-. Él fue quien habló con Merrel, y Paers ezul Nykyrian, sin mi conocimiento, y eliminó el informe que redacté contra ellos. Si hubiera sabido lo que estaba tramando, te hubiera protegido y advertido. Te lo juro por la vida de mis hijos. Nunca he querido que te hirieran por mi culpa de ninguna forma.

O era un gran mentiroso o decía la verdad.

Aunque la confianza no se ganaba tan fácilmente, Talyn asintió.

-Me alegra saber que no eres un bastardo delator después de todo.

-Al contrario de lo que la gente cree, y lo que mi hermana pequeña suele decir, intento no serlo.

Con la expresión llena de remordimiento, Lorens tragó saliva.

-También deberías saber que estoy aquí en nombre de otra organización –susurró en un tono muy bajo-. ¿Conoces WAR?

-Sí, es mi sello personal.

(Nota de la traductora: War en inglés significa guerra, de ahí el juego de palabras.)

Lorens le miró, con una expresión jocosa.

-Los Guerreros Contra la Realeza (de Warriors Against Royalty en inglés).

Se le enfrió la sangre cuando volvió a pensar en Rhys, a quien le habían asesinado cuando su colonia acababa de escapar del último grupo de carroñeros. El viejo había muerto protegiendo a Terisa mientras Talyn había protegido a Berra.

-Los conozco.

Lorens bajó aún más el tono de voz.

-No son traidores del régimes. Son patriotas que están hartos de lo que les hacen a Andarions inocentes por capricho de los nobles. Andarions como tú, que están preocupándose de sus cosas y se les separa de sus hogares y se les tortura sin motivo alguno.

Talyn negó con la cabeza.

-No deberíamos…

-Escúchame, Talyn. Mi hermano pequeño fue asesinado frente a su mujer e hijos para que Merrel Anatole pudiera casarse con su viuda por su linaje. Mi hermano fue secuestrada y violada por Nyran Anatole. Como a ti, la obligaron a firmar la confidencialidad, diciéndole que si hablaba de esto con alguien, sería ejecutada. Cada día asesinan, torturan, amenazan y secuestran a Andarions sin motivo aparente. La familia real está fuera de control y nunca ha sido tan pequeña como lo es ahora. Prácticamente se has destruido hasta la extinción, y ahora es el momento de parar por fin su despiadado reinado. Toda la historia del linaje Anatole está escrito con la sangre de sus hijos. Como soldados, somos los que debemos jurar proteger a nuestros hermanos Andarios de todos sus enemigos. Enemigos que incluyen a una familia real ebria de poder. Imagina una Andaria donde todos los hombres y mujeres, como tú, puedan vivir sin miedo.

Sí, claro.

Él aún sería el bastardo odiado por todos. Incluso si acababa con toda la familia real, nada cambiaría para él.

-Es traición –repitió Talyn susurrando, aunque estaba de acuerdo en que había que hacer cambios. Aún no estaba seguro de que esto no fuera algún tiempo de trampa.

Aunque pretendía descuartizar personalmente a Eriadne y a Chrisen, no era tan estúpido como para dejar que nadie conociera sus planes.

-¿Sabes que los tadara asesinaron a su propio nieto…? ¿Y por qué? Porque parecía humano. Tahrs Nykyrian fue asesinado a sangre fría. Solo era un niño cuando lo arrancaron de los brazos de su madre y lo mandaron a la tumba. Has visto a los tizirah. Sabes qué no está bien de la cabeza, porque ella sabe que su propia madre mató a su hijo y no puede soportar la verdad. Sé a ciencia cierta que Tahrs Jullien alardea de ello, y del hecho de que su abuela mantenga su madre, su propia hija, a propósito drogada para que no tenga que responder por sus acciones.

Talyn lo meditó. Si era una trampa, Lorens tendría aún más problemas que él por hablar de ese tipo de acusaciones.

-¿Entonces por qué no has hablado con los medios?

-Porque a la cadena a la que le dimos una copia fue bombardeada antes de que pudieran emitirlo. Todos murieron al instante, y se culpó a los Phrixians por el ataque. Al igual que pasó contigo. Antes de que pudiera hacer el informe contra un Anatole, el informe y tú fuisteis eliminados. La casa real tiene espías en todas partes.

-Sí que los tienen. Y si se enteran de…

-No lo harán. Tenemos mucho cuidado con la gente que reclutamos.

Por supuesto que sí.

-¿Entonces por qué me reclutáis a mí?

-Por tus antecedentes y tu historia con ellos. Y por lo que te han hecho. No tenías ningún motivo por el que defender a las mujeres de tu equipo que nunca te han defendido a ti, y aun así hiciste lo correcto, sabiendo que te podría costar tu carrera –su mirada le abrasó-. Sé la verdad sobre tu personalidad, Talyn. ¿Pero has visto tu ficha militar recientemente?

Talyn negó con la cabeza.

-Está por encima de mi autorización.

-Sí, bueno… Toma –Lorens le ofreció un archivo grueso-. Te he hecho una copia. Y por cierto, no eres un capitán como te dijeron. Después de tu entrevista con los tadara… se han añadido acciones más disciplinarias a tu historial. Te han bajado el rango y la paga a teniente.

Talyn le miró incrédulo, con náuseas en el estómago.

-¿Qué?

Lorens asintió.

-No podrás ser promocionado otra vez en tres años, teniendo en cuenta que mantengas la boca cerrada sobre lo que te han hecho.

Talyn sintió que la acababa de dar una sentencia de muerte.

-¡No he hecho nada!

-A eso nos referimos. Mi hermano tampoco hizo nada. Solo estaba casado con el linaje equivocado. Por no hablar de Tahrs Nykyrian eton Anatole. Su mayor crimen fue que su madre se acostó con un humano y acabó pareciéndose más a su padre que a su madre. Es más, Jullien, Merrel y Chrisen han llevado ellos solo al clan Hauk a tierra Andarion porque lo último que quieren es que uno de nuestros amados héroes les pare.

Talyn se quedó en silencio mientras sus recuerdos se mezclaban.

Lorens se echó hacia atrás.

-Conocía a Keris Hauk. Era uno de mis mejores amigos de la infancia. Subió demasiado rápido de rango en el ejército Andarion para su gusto, y no podían permitirlo. Merrel le enganchó a las drogas y vio como le ejecutaba la mujer de Keris. Es algo que sé, pero que nunca he podido demostrar. Al igual que sé que son los que alejaron a Fain de su familia. ¿Y no te parece extraño que fueran Jullien y Chrisen los que estaban con Dancer Hauk en la cápsula cuando se estrelló? ¿Piensas que es una coincidencia? Ellos escaparon sin ningún rasguño, pero él casi muere… y debido a eso, Dancer fue relegado del servicio militar Andarion. Para siempre. Le privaron de su derecho de nacimiento. Por eso trabaja para los Sentella ahora.

La cabeza le daba vueltas mientras Talyn intentaba digerir todo eso. Podía delatar a Lorens, pero por extraño que fuera tenía sentido. Especialmente teniendo en cuenta el odio que le tenían Jullien, Chrisen y Merrel cuando él nunca les había hecho nada, aparte de intentar alejarse de ellos. Y corroboraba mucho de lo que había dicho de la familia de su padre.

-¿Cómo sabes todo esto?

-He estado recopilando pruebas sobre los nobles durante mucho tiempo. Pero cada vez que intentamos dar un paso a delante, nos echan atrás como a lorinas rabiosas.

Como a Rhys, Farina y Berra.

-Entonces, ¿qué tenéis planeado?

-Quitar a la familia real de poder y crear un nuevo cuerpo de gobierno que controle la gente. Una república de oficiales que sean razonables, responsables y honorables. Un consejo que gobierne y no se atreva a secuestrar nuestra raza, o a golpearlos, exiliarlos o violarlos solo para divertirse.

Talyn no podía estar más de acuerdo. Quería sangre. Sangre real. Lorens debía de haberlo olido.

Pero si unía fuerzas con ellos, estaría cometiendo traición. Con testigos. No estaba si confiaba en alguien tanto.

Un cabo suelto en su grupo, y perdería todo aquello que amaba.

Si no lo hacía…

Iban a por él, y no era una paranoia. Era un hecho. Su nuevo rango lo demostraba.

De todas formas, su madre y Felicia eran objetivos. Y no tenía ni idea de cómo protegerlas del peligro él solo.

Fuertes solos. Aún más fueres juntos. Ese era el lema del grupo Sentella que su tía Jayne había ayudado a fundar. Un Andarion, solo, no podía marcar la diferencia. Pero trece Hauks habían salvado su raza de la esclavitud y la extinción.

Lorens se levantó.

-Mira, sé que te he dado mucho en lo que pensar y te he pillado por sorpresa con todo esto. Considera lo que te he dicho. Si decides unirte a nosotros, llámame e invítame a una fiesta en mi casa. Sabré por esa frase que has aceptado. Si decides que no, déjame un mensaje diciendo que la fiesta se ha cancelado. Como vives con mmi hermana, nadie sospechará del comentario. Y sé lo que te estoy pidiendo. Créeme, lo sé. Tampoco fue una decisión fácil para mí. Va en contra de todo lo que me enseñaron a creer. De todo lo que creía ser. Pero cuando miré el ataúd cerrado de mi hermano, por lo que le habían hecho, y vi a mis hijos ahí… a sus hijos, supe que no podía quedarme quieto y ser el siguiente en morir. No cuando podía pararlo. Los Andarion no viven con miedo. Contraatacamos.

Lorens puso el archivo en la cama y se fue.

Con el estómago revuelto, Talyn abrió el archivo y leyó su carta de degradación.

La rabia se apoderó de él. Había trabajado y luchado para conseguir el rango de mayor. De hecho, después de cuatro años, teniendo en cuenta su entrenamiento, linaje, antecedentes y educación, ya debería haber sido coronel o comandante ahora.

Pero no…

Era un puto teniente. Un rango de principiante durante los próximos tres putos años.

Por razones disciplinarias. Rugiendo de rabia, tiró el archivo hacia la pared mientras la injusticia le partía en dos.

-¿Talyn?

No contestó a Felicia. No podía. No cuando estaba tan dolido. Quería tanto su sangre que ya podía saborearla.

Se detuvo para recoger las páginas que estaban esparcidas por la cama y el suelo. Sin leerlas, las volvió a colocar en el archivo y lo posó en la mesita de noche.

-¿Te ha molestado mi hermano? Lo echaré de casa si es así.

-No –suspiró-. El comandante solo me ha dicho que he perdido mi rango.

-¿Qué? –preguntó estupefacta.

Él dejo escapar un suspiro con rabia.

-Ahora soy el teniente Batur.

-Oh, cariño, lo siento –dijo Felicia mientras se sentaba a su lado y le frotaba la espalda-. ¿Ha dicho por qué?

-Por mi historia de críticas y problemas disciplinarios. Por el hecho de que he sido irrespetuoso con mis superiores y por ignorar desvergonzadamente los registros y el protocolo militar.

-¿Puedes apelar?

-¿A quién, Felicia? La misma Eriadne me ha quitado el rango. ¿Quién va a creer a un bastardo inútil contra los tadara? Ni siquiera puedo solicitar el rango de capitán durante tres años.

-Lo siento mucho, Talyn.

-Debería dejar que me mataran.

-¡No digas eso!

-¿Por qué no? Es verdad. ¿Por qué estoy luchando? ¿De verdad? Todo se reduce a que no tengo linaje paternal, sin importar lo que haga. Incluso cuando soy diez veces mejor que todos los demás, no ven ni la mitad –se tocó la cabeza afeitada y maldijo ante el recordatorio de lo que le habían hecho-. Teniente, un puto teniente. ¿Sabes la mierda de encargos que me van a asignar? Ni siquiera puedo volar con un rango tan bajo. Me releva de vuelta al campo de preparación de vuelo. A limpiar retretes.

Ya podía escuchar las burlas. Estaba harto de este abuso.

-Tizirah Tylie dijo que tu madre sería tu CO. Ella no…

-Soy un teniente, Felicia. Ya no estoy cualificado para las obligaciones de palacio. Tengo que volver al personal registrado.

Felicia trago para evitar el mar de lágrimas que sentía. Había tanta agonía en sus ojos que le dolía.

-¿Te ha dicho Anatole por qué te han hecho esto?

Él dejo escapar un resoplido mordaz.

-Porque odian a mis padres.

-¿Qué?

Talyn asintió.

-Mi padre les cabreó en el colegio y me parezco lo suficiente a él como fastidiarle a los tahrs –dijo mirándola-. Pero sobretodo es porque mi madre se negó a comprometerse con Anatole cuando era joven. No pueden atacarla. Es una hembra de alto linaje, y como tal, tiene derechos en las cortes.

Derechos que le negaban a él.

-¿No hay nada que pueda hacer tu madre?

-No. Y no le puedes decir ni una palabra de esto. Le mataría saber que me han atacado por su pasado con ellos.

No cabía duda de por qué se negó a mirar a su madre en el hospital.

Ahora tenía sentido.

-¿Por qué no te ha usado para chantajearla?

-Anatole no puede hacerlo. La familia de mi madre tiene el mismo estatus que la de tu padre. Por esa amenaza, podría arrestarle. Él espera que si abusa lo suficiente de mí, le diré algo a mi madre y la culpa la forzará a negociar con él.

-No te conoce mucho entonces, ¿verdad?

Talyn negó con la cabeza.

-No soy su niño mimado. Puedo soportar las palizas. Incluso ser teniente. Ya he sobrevivido antes. Puedo volver a hacerlo.

Pero había algo más que eso. Estaba quitándole hierro por ella, y lo sabía. Había oído a los hermanastros reírse por las novatadas que les estaban haciendo a los oficiales de bajo rango. Novatadas que se mitigaban dependiendo de la familia a la que pertenecieras esos oficiales. Solo podía imaginarse lo horrible que sería para alguien como Talyn, que no tenía ninguna protección por su linaje.

-¿Quién es tu padre, Talyn?

-¿Qué diferencia supondría eso?

Tenía razón. Pero…

-¿No puedes ir con su familia? Su madre podría adoptarte como suyo.

-No lo hará. Mi madre lo intentó cuando era un niño, y echó a mi madre fuera de su casa mientras la insultaba todo el tiempo. La única que estaba dispuesta a hacerlo fue su abuela, pero su abuelo rechazó dejarme su apellido. Dijo que no era merecedor de su linaje. Si mi padre era un hijo decepcionante, no podía imaginarse como iba a ser yo.

-¿Tu madre te dijo eso?

-Ella nunca me haría daño de esa manera. Fue un día en el colegio cuando mi madre estaba herido y no pudo recogerme. Mi bis abuela apareció, y justo cuando entraba en su transporte, llegó mi bis abuelo, me echó de mi asiento y me tiró al suelo junto con mis cosas. Él le dijo a mi bis abuela que me dejara en el barro, donde pertenecía. Después, él se burló de mí mientras discutían en el aparcamiento.

Felicia se quedó horrorizada por lo que le acababa de describir sin emoción alguna.

-¿Te hizo eso en el colegio? ¿Cuántos años tenías?

-Ocho.

Paralizada, le miró fijamente.

-¿Tu bis abuelo le dijo a tu bisabuela que te dejara en la escuela, solo, sin nadie que pudiera cuidarte, mientras tu madre estaba en el hospital?

Él asintió.

-Por favor, dime que tu bis abuela no lo hizo.

-No tuvo elección.

Oh dioses…

-¿Qué te pasó?

-Mi profesora me llevó con ella hasta que le dieron el alta a mi madre.

Felicia rechinó los dientes mientras la furia se apoderaba de ella. ¡¿Cómo podría alguien hacerle eso a un niño?! ¿Cómo? Le hacía sentir egoísta y mala por todas las cosas que le había dicho a su padre, porque sus acciones no tenían nada en común con aquello.

-Así que no, Felicia. La familia de mi padre le aborree por haberles avergonzado, y a mi porque provengo de él. Por lo que a ellos respecta, lo que me pase no les importa. Todo lo que tengo en el universo es a ti y a mi madre.

Y Galene no tenía ni idea de lo mal que le iba a su hijo. Por el amor de su madre, él nunca diría nada que pudiera herir los sentimientos de Galene.

Nunca había amado más a Talyn de lo que lo hacía ahora mismo. Levantándose, Felicia le abrazó con fuerza.

-Yo pienso que eres maravilloso, Talyn. Eres más Andarion que nadie de los que haya conocido. U oído hablar. Tienes el corazón de un fiero Hauk.

Talyn se encogió de dolor por las palabras que había elegido. Ella pensaba que le estaba haciendo un cumplido. Después de todo, la línea de sangre de su padre iba directa a la leyenda más heroica de su gente. Pero lo que de verdad había hecho era darle una bofetada en la cara y recordarle la herencia que debería haber sido suya.

(Editado por spoilers)

Talyn suspiró. Su abuelo paterno había estado prometido con Tizirah Cairistiona una vez. Los Baturs habían derribado prácticamente la puerta de sus abuelos para comprometer a su hija con su madre. Si sus padres se hubieran casado, él hubiera sido Talyn del Clan Guerrero Hauk –el único hombre de toda su generación que podría usar legalmente ese prestigioso nombre. Para la raza Andarion, eso era aún más impactante que Julien del Clan de Sangre Soberano de eton Anatole.

Pero ese era un título que jamás sería suyo. No mientras la familia real estuviera en el poder, y no mientras siguieran las viejas tradiciones.

No puedes cambiar eso, pensó.

Todo lo que tenía que hacer era llamar a su hermano y ayudar a WAR a acabar con su gobierno.

Talyn cerró los ojos, queriendo seguir las reglas. Quería creer que se recompensaba el trabajo duro. Aun así lo único que había aprendido en el Anillo era que a veces tienes que arriesgarte. Incluso cuando es repugnante. Incluso cuando no quieres. A veces, solo a veces, no tienes alternativa. Nadie puede ganar una pelea justa cuando tu oponente no respeta las reglas.

Combatir el fuego con fuego, pensó.

Había pasado toda su vida haciendo lo que debía.

Y ellos le habían castrado, figurativamente, por ello. Era el momento de dejar los guantes en la taquilla. El momento de aceptar los términos que habían fijado cuando le habían atado las manos a la espalda.

La degradación era una putada, y era el momento de que se la presentara a Julien y a toda la familia Anatole.


Traducción: Lloud, Staff Fans Sherrilyn Kenyon Spain 

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