La leyenda de los Kadurr

Antes de que pudiera pestañear, Dagger levantó a Vasili y la protegió con todo su cuerpo hasta que ella pudo coger a su hijo entre sus brazos. Después encaró la refriega con una furia inimaginable.

No, inimaginable no...

La furia de los legendarios Kadurr. Se decía que estos guerreros ancestrales eran los hijos de Kadora y de Korilon: la diosa Andarion de la guerra y el embaucador dios de los condenados. No tenían miedo a nada y estaban sedientos de sangre, eran invencibles e imparables. Sus habilidades iban más allá de las que podían poseer los mortales. Hacía mucho tiempo, antes de que Andaria fuera civilizada, estos guerreros bebieron el sagrado Adiem, una bebida sagrada que debería convocar sus espíritus antes de una batalla para que los Kadurr pudieran poseer guerreros Andarion para la batalla que estaba por venir. Pero solo los mejores guerreros y los más valientes podían establecer una comunión con los dioses y ser seleccionados como los portadores de los Kadurr.

Dagger le recordaba mucho a ellos. Ahora entendía perfectamente a qué se referían la Emperatriz y su hermano. Dagger le asestó un golpe a uno de los hombres más altos que casi le levanta del suelo y le dejó inconsciente en el suelo. Dándose la vuelta, le dio una patada tan fuerte al siguiente que atravesó la pared que tenía detrás. Dagger no flaqueó ni titubeó. Recibía los golpes como si apenas los notara. Nunca había visto nada parecido. Estaba igualado con los mejores guerreros Andarion que había visto luchar.

En cuestión de minutos, tenía a todos aquellos hombres en el suelo, llorando y gritando en agonía.




Fuente: Oficial Sherrilyn Kenyon